- En la mayoría de CCAA que han publicado ya las notas de la EBAU se aprecia un ligero descenso de aprobados respecto a otros años, pero sobre un volumen mucho mayor de presentados
- Todo apunta a que saldrán perjudicados quienes más se han esforzado y aspiran a carreras más disputadas
La Selectividad del coronavirus, la más incierta de la historia, por fin se celebró. Las incógnitas que ha suscitado, sobre todo entre quienes aspiran a las carreras más disputadas, siguen en el aire hasta que todas las universidades publiquen sus notas de corte. Pero los resultados autonómicos que se van conociendo al menos revelan una sorpresa: que la eventual bajada de la exigencia para aprobar Bachillerato este año y la dulcificación de la propia EBAU no hicieron aumentar el porcentaje de aprobados.
Sin embargo, el aumento de alumnos presentados creció tanto respecto a otros años que, finalmente, sí parece que habrá más alumnos de nuevo ingreso en el curso 20-21 que en cursos anteriores (si llegan a matricularse).
Repasemos los precedentes:
De entrada hemos tenido un aumento significativo de los estudiantes aprobados en 2º de Bachillerato. En algunas CCAA ha rondado el 20% de aprobados más que el curso pasado. Aunque esto no tiene por qué significar que todos hayan ido a hacer la EBAU, lo cierto es que en las CCAA que ya han publicado sus notas sí se constata que se presentó al examen un 15-20% que el curso pasado.
A esto había que sumarle la modificación de la propia prueba, que se hizo más flexible para facilitar que los alumnos contestaran a lo que habían podido estudiar en el confinamiento. Se trataba de evitar que los jóvenes pagaran injustamente la supuesta incapacidad de los centros educativos para impartir toda la materia y también que a muchos no les pasaran factura las dificultades personales que tuvieron que afrontar. En la práctica, había que estudiar menos para aprobar.
Descenso de aprobados, pero más presentados
Algunas incógnitas empiezan a desvelarse con la publicación de las notas por parte de las CCAA. A falta de las reclamaciones y de que se conozcan los datos en todas las CCAA, la extracción de conclusiones es provisional, pero señala un camino.
Primero hay que tener en cuenta el aumento de aprobados en 2º de Bachillerato y de titulados en esa etapa educativa, que en algunas CCAA ha llegado a un 20% más que otros años. En Andalucía un 26% más. Aunque no todos los aprobados han tenido por qué hacer la EBAU, también se ha producido un importante aumento de los alumnos presentados a la prueba, con incrementos porcentuales muy similares respecto a años anteriores.
En algunas regiones como Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid o Extremadura, hubo en torno a un 20% más de presentados. En otras rondó el 10-14% más. En el País Vasco, el porcentaje creció en 8 puntos y en la Comunidad Valenciana apenas 2 puntos más.
En números enteros, por ejemplo en Madrid ha habido 6.000 aspirantes más que el año pasado. En Castilla y León, 2.000 más.
En general, el porcentaje de aprobados ha descendido ligeramente. En algunas regiones como Madrid, sólo un punto porcentual (del 93,1% de 2019 al 92,1% de 2020). En cambio en otras, como Extremadura, Canarias y La Rioja ha caído 5% (del 94% al 89%).
En Asturias, sin embargo, el porcentaje de aprobados en la EBAU ha crecido dos puntos (95,17%). En Navarra se ha mantenido en su ya alto 96%. Y en el País Vasco el porcentaje se ha mantenido por encima del 97%, aunque ha bajado unas décimas. En Andalucía el porcentaje de aprobados ha sido del 92,7%, apenas cuatro décimas menos que en 2019.
La EBAU se aprueba con un 4 y hace media (ponderada al 40%) con la nota del Bachillerato (60%).
Pese a eso descenso de aptos, el incremento de aspirantes ha sido tan alto que todo apunta a que en el nuevo curso crecerá el alumnado de nuevo ingreso en la Universidad después de la caída sostenida de los últimos años. No obstante, es imposible saberlo hasta que se pongan los datos de matriculación sobre la mesa.
La crisis de ingresos de las familias puede afectar negativamente a la entrada en la universidad de los hijos. Hay que tener en cuenta que en unas comunidades la universidad cuesta el doble que en otras (incluso el triple en el caso de Cataluña), según los estudios realizados por el Observatorio del Sistema Universitario. Pero también hay que tener en cuenta la política de becas, que ha eliminado el requisito de la nota de 6,5 para obtener la ayuda pública: basta con tener una nota de 5.
Está por ver también si el incremento de alumnos de nuevo ingreso lo hará con notas de acceso bajas, apuntan algunos expertos consultados; lo que indicaría un menor nivel académico de los titulados de Bachillerato como resultado de las supuestas políticas de manga ancha en el contexto de la pandemia. En ese caso sufrirían las titulaciones con notas de corte menos exigentes, como por ejemplo, Magisterio.
El miedo de los que más se han esforzado
Son muchas las incógnitas que habrá que ir desvelando a la luz de las notas de corte y los datos sobre matriculaciones que se vayan haciendo públicos. La principal incógnita para muchos en este mes de julio es si el acceso a las carreras más disputadas se va a complicar más todavía este año, como anticipa el catedrático de Economía Aplicada Jorge Sáinz, de la Universidad Rey Juan Carlos. Es decir, si los grandes perjudicados de la crisis del coronavirus van a ser los que más se han esforzado.
Este experto en gestión y estadística universitaria, que fue ex Secretario General de Universidades en el Ministerio de Educación, se muestra convencido de que la benevolencia con la que los centros educativos han calificado a los alumnos este año y la consecuente inflación de notas finales del Bachillerato complicará la cosa a aquellos aspirantes a Medicina, Ingenierías, a la oferta de dobles y triples grados multidisciplinares y a las titulaciones tecnológicas de nuevo cuño como Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial. La explicación es sencilla: en la nota de acceso a la Universidad pesa más la obtenida en Bachillerato (un 60%) que la de la EBAU (un 40%).
“Lo más probable es que haya una alta concentración de buenas notas y una menor dispersión respecto a otros años”, afirma el profesor Sáinz. “Saldrían perdiendo los que más se han esforzado”.
Otras incógnitas
Algunos de quienes aspiran a esas carreras con las notas de corte más altas tienen un as en la manga: si la nota no les da para la pública, estudiarán en la privada, a razón de unos 10.000-15.000 euros cada curso. Pero esos esfuerzos no son asequibles para todas las familias, y menos en momentos de crisis como los actuales. Por eso, según el experto, la competencia “perjudicará más a las familias con menor renta”.
La crisis económica puede afectar también a otro factor: la movilidad del alumnado. La caída de ingresos familiares impedirá estudiar lo que quieren a muchos jóvenes cuya opción natural –por la nota obtenida– sería matricularse en otra comunidad distinta de la suya. El traslado a comunidades como Madrid o Barcelona puede suponerle a las familias hasta 2.000 euros mensuales en concepto de vivienda y manutención.
Son tantas las variables que, debido a la pandemia, entran en juego este año en el acceso a la universidad que es difícil prever cómo va a variar la matriculación y el nivel del alumnado. Por ejemplo, está por ver si, como prevén algunos, bajará el nivel académico generalizado del alumnado en la universidad y si ello se traducirá en mayores índices de abandono universitario. Recordemos que el abandono en primer curso ya se sitúa en el 25% de los matriculados. Y eso sin epidemia de coronavirus.