Máxima expectación ante la Conferencia Sectorial de Educación y Sanidad que se celebra este jueves, una semana antes de la vuelta al cole.
Isabel Celaá cree que hay «exceso de alarma social» y Alejandro Tiana admite que «quizá deberíamos coordinar más las cosas para que sea todo más semejante”
Aumento de plantilla, reducción de ratios, grupos burbuja, PCR periódicas, aumento de los recursos digitales y adaptaciones curriculares, programaciones semipresenciales, enfermeras escolares… Las medidas de reducción de riesgo de contagio –que no de eliminación– impulsadas por las administraciones son diversas y se han ido anunciando a lo largo del mes de agosto de manera dispersa y con la apariencia de ser respuestas improvisadas a la inesperada explosión de casos de coronavirus en toda la geografía. Las últimas, las de Madrid, con una vuelta al cole escalonada y la instalación de cámaras en las aulas para conectarse a las clases en caso de tener que quedarse en casa.
La prematura segunda oleada de la pandemia y la ausencia de respuesta rápida por parte del Ministerio de Educación no han hecho sino aumentar la ansiedad de toda la comunidad educativa ante una vuelta al cole que, ya de por sí, se presentaba llena de incertidumbre.
Este jueves, a falta de una semana para que algunas CCAA comiencen el curso, los ministros de Sanidad y Educación se reúnen con los consejeros autonómicos. A la espera de esta Conferencia Sectorial, aparece la ministra Celaá en la Cadena Ser, afirmando que hay “exceso de alarma social” y que es normal que cada comunidad autónoma actúe por su cuenta. Pero el propio Defensor del Pueblo, que ha hecho seguimiento de los protocolos y medidas adoptados por las administraciones, ha pedido a todas ellas, incluido al Ministerio, “que alcancen un acuerdo para garantizar un curso seguro y homogéneo en todo el territorio», según reveló el diario El Mundo.
La expectativa de la comunidad educativa –o más bien, urgencia– es que se armonicen y se aclaren las medidas de prevención y los protocolos de actuación en caso de contagio. Por ejemplo, una de las incógnitas aún sin respuesta es qué ocurrirá cuando en una clase haya un alumno infectado; o qué ocurrirá cuando otros virus empiecen a circular por las aulas; o si los padres podrán verdaderamente quedarse en casa a teletrabajar, o no ir a trabajar, si un hijo se le despierta un día con décimas o con mocos. Porque no todo se reduce a llevar mascarilla y darse gel en las manos; sobre eso no parece que haya duda a estas alturas.
Este martes, el secretario de Estado de Educación y FP, Alejandro Tiana, se reunió con los viceconsejeros de Educación para explorar las propuestas de cada comunidad y preparar la Conferencia Sectorial de este jueves. Antes, en una entrevista realizada por Carmen Pellicer en Cuadernos de Pedagogía, Tiana admitió que «quizá deberíamos coordinar más las cosas para que sea todo más semejante”. También manifestó que hay que “hacer un esfuerzo para que la educación sea presencial, al menos en infantil y primaria… con seguimiento, trazabilidad y contención rápida’. Y que los grupos estables de convivencia “no son la panacea”, pero “ayudan a que determinadas situaciones se controlen mejor” en los colegios.
Entre tanto, este verano, los colegios –con mayor o menor audacia, más o menos innovación, mayores o menores recursos, mayores o menores posibilidades– han ido preparando las aulas de acuerdo a las recomendaciones y protocolos que las administraciones establecieron en julio: entradas y salidas escalonadas, carriles de circulación, separación de mesas y aprovechamiento de todos los espacios del centro (ahí hay una gran desigualdad de condiciones), recreos más cortos y división de espacios en el patio para evitar la mezcla de los grupos burbuja, turnos de comedor, ventilación y limpieza frecuente, instalación de dispensadores de gel hidroalcohólico, toma de temperatura diaria y, en muchos casos, regímenes semipresenciales para Secundaria, reconfiguración de horarios y agrupación de materias…
Una de las medidas que parece que va a empezar a impulsarse desde las administraciones es el máximo aprovechamiento de los patios y demás instalaciones al aire libre para la actividad escolar. Por ello han abogado expertos como Mariano Fernández Enguita y también a favor de ello se pronunció Alejandro Tiana en la reciente entrevista.
Pero las familias tienen más preguntas que respuestas y todo apunta a que obtendrán éstas sobre la marcha, según vayan sucediéndose los acontecimientos. También su responsabilidad es clave y ya hay llamadas institucionales a que padres y madres se tomen muy en serio cada día el estado de salud en el que se despierta el niño para, ante la mínima duda, dejarlo en casa.
A la espera de que la Conferencia Sectorial de este jueves aclare las incógnitas aún abiertas y queden mejor definidos los protocolos de actuación, el presidente de CECE, Alfonso Aguiló, hace un llamamiento a la responsabilidad de todos, única forma de empezar el curso con la confianza que necesitan alumnos y docentes ante la imposibilidad de reducir a cero el riesgo de contagio. “Lo que nos corresponde a todos es ser escrupulosamente responsables, apoyar las decisiones que tomen las autoridades y no entrar en discusiones que puedan estar contaminadas por las opciones políticas y que sólo contribuyen a aumentar la desconfianza”.