La suspensión de las clases por la epidemia de coronavirus ha conllevado, entre otras muchas alteraciones educativas, la reformulación de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) del presente curso. El pasado 22 de abril el Gobierno aprobó una orden para modificar la elaboración y las fechas de celebración de la EBAU del curso 19-20 de acuerdo a las directrices adoptadas en el seno de la Conferencia Sectorial de Educación, la Conferencia General de Política Universitaria y el Consejo de Universidades.
Además del retraso de las fechas, las universidades han de diseñar las pruebas de manera que los alumnos siempre puedan elegir preguntas sobre temas que hayan trabajado en el aula para que ninguno se vea perjudicado por el impacto del coronavirus en el tercer trimestre. Se trata de «garantizar la equidad en el acceso a la universidad para todo el alumnado, con independencia de las circunstancias en las que este pudiera haber tenido acceso a la enseñanza y el aprendizaje en el último trimestre del curso, y considerando que no se haya podido desarrollar adecuadamente una parte del currículo de la materia», dice la Orden del Ministerio de Presidencia.
Habrá una prueba por asignatura, y en cada prueba el alumnado dispondrá de una única propuesta de examen con varias preguntas a elegir. La diferencia con la fórmula tradicional es que «todas las preguntas deberán ser susceptibles de ser elegidas». Es decir, no pueden ir agrupadas por bloques, lo que expondría al alumno a la posibilidad de tener que contestar algo que no sabe.
Eso puede hacer pensar que el alumno podrá elegir lo que se sabe y que, en consecuencia, la prueba revestirá menos dificultad o menos exigencia que otros años. Con estudiarse bien el temario de los dos primeros trimestres, cualquier alumno debería poder aprobar e incluso sacar notas altas en la EBAU de este año.
La orden publicada modifica la orden dictada el pasado mes de febrero (Orden PCM/139/2020) y en esa modificación se elimina el número mínimo y máximo de preguntas a plantear en cada prueba. (La orden anterior decía que cada prueba constará de un número mínimo de 2 y un número máximo de 15 preguntas.)
Lo que no cambia es el tipo de preguntas que ya se había decidido antes de la crisis del coronavirus (definido en un artículo de la orden antigua que no se ha modificado). Al menos la mitad de la prueba debe estar basada en preguntas abiertas y de respuesta concreta; y también puede haber un porcentaje menor de preguntas de opción múltiple.
Así que cabe preguntarse cómo se diseñarán los exámenes de manera que se respeten esos porcentajes y, a la vez, dar la posibilidad de que todas las preguntas sean elegibles para los alumnos.
En cualquier caso, siempre hay que tener en cuenta que la nota de acceso a la universidad es la suma ponderada de la nota de la EBAU (un 40%) y la nota media del Bachillerato (un 60%).
Retraso de fechas
La otra modificación aprobada por el Gobierno es el retraso de las fechas de examen:
- Las pruebas deberán celebrarse entre el 22 de junio y el 10 de julio.
- Los resultados provisionales de las pruebas serán publicados antes del 17 de julio.
- Las pruebas de la convocatoria extraordinaria deberán realizarse con fecha límite el 17 de septiembre.
- Los resultados provisionales de las pruebas serán publicados con fecha límite el 23 de septiembre.