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Clausuladas las IV Jornadas Escuelas que Aprenden de la Fundación Trilema que, en esta ocasión, han girado en torno a la Inteligencia Artificial en el mundo de la educación.
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Carol Tomlinson, Nuria Oliver, Juan Domingo, o José Antonio Marina han sido algunos de los expertos que han participado exponiendo su visión de la relación entre Inteligencia Artificial-Educación.
Hoy se han clausurado las IV Jornadas de Innovación Educativa que, con el título “Mentes o máquinas ¿quién liderará el futuro?”, han reunido durante tres días a más de 200 personas, entre docentes, equipos directivos e instituciones de toda España y América Latina (Costa Rica, Argentina, Perú o Uruguay) en el auditorio del madrileño Colegio Trilema El Pilar.
Unos días, durante los cuales, los asistentes han disfrutado de las aportaciones de la directora de la Fundación ELLIS Alicante Nuria Oliver; el filósofo José Antonio Marina; la experta en personalización del aprendizaje Carol Tomlinson; o el investigador Juan Domingo, quienes han profundizado, desde distintos enfoques, sobre Inteligencia Artificial, tecnología, etc y su relación con el entorno educativo y pedagógico.
El inicio de las #JornadasEQAP 2024 comenzó con la proyección de un emotivo vídeo que recorrió la andadura de Fundación Trilema durante estos 25 años de existencia.
En la apertura, Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación, lanzó una serie de preguntas al auditorio como: ¿en qué pensamos cuando hablamos de Inteligencia Artificial?, ¿cómo vamos a afrontar y utilizar la IA para educar en esta nueva era? o ¿cómo podemos preparar a nuestros alumnos en estos desafíos?. Pellicer recuperó unas palabras de Roy Charles Amara que decía que «nuestra tendencia es sobrestimar los efectos de una tecnología en el corto plazo y subestimar el efecto en el largo plazo». Y recordó que pese a los beneficios que pueda tener la aplicación de Inteligencia Artificial en el aula, “ésta nunca será capaz de sustituir en el universo humano, la empatía, la capacidad de sentir apasionadamente y vincularse con entrega generosa a otros, la práctica de las virtudes éticas y la búsqueda del propósito que dé sentido pleno a la vida personal o el cuidado y disfrute del cuerpo y la naturaleza. Unas experiencias, y muchas más por descubrir y aprender, que tendrán que ocupar gradualmente espacios y tiempos vaciados a medida que la inmersión tecnológica nos libera de asuntos rutinarios”.
Seguidamente, Nuria Oliver, con su conferencia “Inteligencia Artificial: ¿sabemos de qué hablamos”, señaló que “necesitamos la IA para abordar grandes retos del siglo XXI y para ello precisamos de una mayor inversión que aborde los desafíos a los que nos enfrentamos como el envejecimiento, un planeta de recursos limitados, el cambio climático o la gestión de posible futuras pandemias”. Situaciones, todas ellas, “donde la IA forma parte de la solución”. Oliver explicó que “para comprender la inteligencia artificial debemos entender y estudiar la inteligencia humana” y comentó que “cualquier estrategia de la IA debe tener en cuenta una serie de elementos como son la dimensión tecnológica, una regulación de la IA, la ética, el aspecto social, y el elemento económico y laboral”. Al referirse al entorno educativo, esta experta en IA, habló de que es necesario preguntarse: ¿qué enseñamos? y ¿cómo enseñamos? En relación con la primera cuestión, Oliver comentó que “es esencial enseñar pensamiento computacional, inspirar a los jóvenes a estudiar carreras tecnológicas y puso el foco en las niñas y jóvenes, muy alejadas de estas enseñanzas”. Además, manifestó que “hay que reforzar habilidades clave para nuestra coexistencia y supervivencia como la creatividad o el pensamiento crítico” porque “lo que no se usa se pierde”. En relación con el modo en cómo se enseña, Oliver destacó la labor que desempeña la Inteligencia Artificial en el aprendizaje “como herramienta fundamental en la personalización del mismo” y añadió “los beneficios que puede aportar a los docentes en la gestión, evaluación, programación, e incluso en la detección de ciberbullying”.
Tras una pausa, intervino José Antonio Marina quien recordó que “lo que define a la especie humana es que es la única que enseña a sus crías trasmitiéndoles creencias, habilidades, que si no fuera así se perderían”. Además, Marina dijo que “estamos sometidos a una ley universal del aprendizaje que sostiene que para sobrevivir, toda persona, empresa, tiene que aprender a la misma velocidad que el entorno, pero para progresar hay que hacerlo a más velocidad».
Durante la tarde, tuvo lugar la mesa redonda “El futuro del aprendizaje”, en la que intervinieron Juan Carlos Cubeiro, experto internacional en liderazgo y transformación; María Castro, profesora de la UCM del departamento de investigación y psicología en la Educación; Carlos Magro, vicepresidente de Educación Abierta; y Carmen Pellicer, como moderadora.
A primera hora de la mañana del sábado, ha sido el turno de Carol Tomlinson, una de las mayores expertas en personalización del aprendizaje, con “El factor humano en el aprendizaje personalizado”. Tomlinson ha utilizado a lo largo de su exposición el concepto “aprendizaje centrado en el alumno”. Tomlinson ha comentado que “poner el foco en el alumno es centrarse en él en el aula, humanizar las clases, tomar la decisión de entenderlo y comprometerse en su desarrollo aceptándolo tal y como es; creyendo en sus capacidades y ampliando su conocimiento. Es decir, situarlo en el centro de la esencia del aula. Orientar a cada uno de ellos para que se conviertan en su mejor versión”. Asimismo esta profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Virginia ha aconsejado a los presentes en el salón de actos que en su desempeño centren su interés en saber quién es cada uno de sus alumnos para así poder enseñarles mejor. Esto, según Tomlinson, va a favorecer “un aprendizaje centrado en el alumno para conseguir la mejor forma de aprendizaje posible”.
Finalmente, tomó la palabra Juan Domingo con la ponencia “¿La inteligencia artificial puede determinar el “final” de las aulas?. Este investigador opina que “la IA va a permitirnos llevar a cabo un aprendizaje autónomo y automatizado que nos conducirá al anhelado personalized learning que hará de ella una forma de integrarnos en la sociedad más flexible pero también más eficaz, eficiente e informada”.