Los resultados de las pruebas PISA de 2018 nos dejan a los pies de los caballos. Primero, porque los resultados de España en Matemáticas (481) y Ciencias (483) caen respecto a años anteriores y nos dejan por debajo de la media de la OCDE (en 489 puntos). Segundo, porque esta organización detectó un “comportamiento anómalo en el patrón de respuesta” de la prueba de Lectura que ha impedido que se publiquen los resultados en esta competencia.
Sobre esta incógnita, cuyas causas no han sido desveladas aún, y sobre la tradicional brecha entre CCAA ‘norte-sur’ discurrió la presentación del Informe PISA 2018 y la posterior rueda de prensa en el Ministerio de Educación.
Comentaron los resultados el secretario de Estado, Alejandro Tiana, y Miyako Ikeda, responsable de análisis de datos de PISA.
Respecto a si la anomalía de España en la prueba de comprensión lectora puede haber influido en la puntuación obtenida por España en el resto de pruebas, Miyako Ikeda admitió que puede haber afectado en algunos casos, pero no como para que los resultados queden afectados de manera determinante.
No deja de sorprender que, tras una trayectoria estable y levemente ascendente, de repente hayamos caído 5 puntos en Matemáticas (481) y 10 en Ciencias (483), y que una comunidad como Madrid, tradicionalmente en el podio de las mejores, haya pasado al puesto número 10 (aunque sigue por encima de la media española).
España
2009 2012 2015 2018
Matemáticas 483 484 486 481
Ciencias 488 496 493 483
Lectura 481 488 496 x
Las comunidades con mejor puntuación son ahora Galicia, Cantabria y, como siempre, Castilla y León. Puede verse en este gráfico proporcionado por el Ministerio.
Respecto a la comparativa internacional, destaca la primera posición alcanzada por Estonia, el crecimiento de Polonia (que continúa su ascenso), así como la bajada de resultados de Finlandia (el referente tradicional europeo de éxito educativo) y Portugal (que había subido posiciones en los últimos años).
«El estatus socioeconómico es un fuerte predictor de los resultados en Matemáticas y Ciencias en todos los países, y explica un 12% de la variación en los resultados en Matemáticas y un 10% en Ciencias en España. Por otro lado, los estudiantes con antecedentes de inmigración obtienen peores resultados que los no inmigrantes en ambas pruebas». Esto lo dice el comunicado del Ministerio de Educación.
Pocos entre los mejores y más entre los peores
La bajada de la puntuación española en la comparativa internacional queda justificada con ver los siguientes gráficos del Ministerio:
Es decir, en los niveles excelentes tenemos menos alumnos que el promedio del resto de países; y en los niveles más bajos tenemos más alumnos que el resto de territorios.
La caída generalizada y la utilidad de PISA
A la luz de los datos, la caída de España no tendría que ser tan alarmante, teniendo en cuenta que la media de la OCDE también ha descendido, prolongando el descenso sostenido desde 2009.
OCDE
2009 2012 2015 2018
Matemáticas 495 494 490 489
Ciencias 501 501 493 489
Lectura 493 496 492 487
También la media de la UE ha descendido desde el año pasado, pero apenas dos puntos.
Viendo la caída sostenida global cabe preguntarse si acaso los indicadores de la OCDE se corresponden verdaderamente con el nivel educativo de los países, su calidad, su evolución, e incluso con el nivel de competencias del alumnado.
Por ello preguntamos a Miyako Ikeda durante la presentación en Madrid cuál era el diagnóstico de la OCDE sobre el descenso continuado de la media de los países y si ello hacía plantearse a la organización la posibilidad de introducir cambios en la prueba. Su respuesta fue que la OCDE considera que esa caída sostenida de la puntuación en los últimos años “no es significativa”.
Y, sin embargo, sí manifestó la extrañeza de la OCDE al constatar la incapacidad para mejorar de muchos países que han aumentado la inversión en sus sistemas educativos. «Hay que reflexionar sobre por qué no llegan las mejoras», señaló.
También le preguntamos si el cambio en los hábitos de aprendizaje en la sociedad digital puede estar tras ese declive en los indicadores de adquisición de competencias o tras la ineficacia de la inversión en educación. Según indicó, la OCDE está estudiando el impacto de las tecnologías de información en los hábitos de lectura y la comprensión lectora.
Recordamos entonces a la Asociación Educación Abierta, que a finales del curso pasado celebró una jornada de reflexión sobre evaluación educativa titulada “Lo que PISA no ve”. Preguntamos a su vicepresidente, Carlos Magro, su opinión sobre esta prueba internacional y no duda en responder de manera crítica, aunque –advierte– no como experto analista de PISA:
“No sabemos lo que estamos midiendo en PISA», señala. «Sabemos que no mide lo que se enseña en las escuelas, por lo que no podemos decir que PISA sirva para evaluar la escuela de cada país. Por otro lado, PISA no informa a las escuelas de nada; así que es normal que no haya cambios en los resultados”.
Carlos Magro suele decir que “la escuela es mucho más que estas tres competencias” y que “reducir toda la escuela a Lengua, Matemáticas y Ciencias simplifica la riqueza del acto educativo”. Además, señala, “PISA instala a la educación en una tensión permanente y en una escandalización basada en titulares que ella misma provoca”. “No puede decirse tan alegremente que un alumno de Ceuta está dos cursos por debajo de uno de Galicia”, critica.
Su conclusión personal, tras 19 años de España en PISA, es que “no nos sirve para nada, ni a España ni a ningún país”. “Les sirve a los economistas de la educación y otros investigadores”, dice. “Pero no hay causalidad entre PISA y cualquier mejora en ningún país. Y no sabemos lo que nos cuesta, así que tampoco sabemos la relación coste-beneficio”.
En esta séptima edición de PISA han participado en su estudio principal más de 1.000 centros educativos españoles y más de 35.000 estudiantes, en una amplia muestra representativa de la población total del alumnado de 15 años en todas las comunidades autónomas. La mayoría de estudiantes se encontraban en 4º curso de la ESO.