- Todos los lunes cada tutor llama por teléfono a las familias de su clase: «No tanto por lo académico, sino por lo emocional”
- Los alumnos pueden hacer dos videoconferencias a la semana con sus profesores para repasar y resolver dudas, y las auxiliares de inglés hacen sesiones de conversación
- Lanzaron un concurso infantil de cuentos y han recibido más de 200 de toda España
El Gobierno vasco fue el primero en decretar la suspensión de las clases, así que los colegios de Euskadi llevan ventaja a todos los demás. Cuando hablamos con el Colegio NClic de Vitoria, concertado con Infantil y Primaria, ya han superado 15 días lectivos de ‘tele-enseñanza’. En tres semanas, el equipo directivo ha tenido oportunidad de hacer modificaciones significativas a su plan educativo inicial conforme a las dificultades y necesidades que iba detectando en el alumnado. La comunicación fluida con las familias ha sido decisiva para ello.
Alejandro Saurina, el director del NClic, nos cuenta cómo ha sido esa evolución:
El día 9 de marzo se les anunció que ése sería el último día de clase, pero los profesores siguieron yendo al centro hasta el viernes 13. Primero establecieron que se haría llegar a los alumnos una planificación semanal de trabajo en la que iban a dar especial importancia a las materias troncales: con tareas, vídeos grabados por ellos mismos, enlaces que visitar en internet, vídeos de Educación Física y cuentos en inglés para los más pequeños.
Y, pese a no saber que la suspensión de las clases se alargaría tanto como sabemos ahora, consideraron que “era fundamental hacer un acompañamiento telefónico a las familias, no tanto por lo académico, sino por lo emocional”, y decidieron que cada tutor llamaría a las familias de sus alumnos todos los lunes para preguntarles cómo iba todo. Al fin y al cabo, el colegio pensó en un lema para esta nueva e incierta etapa: «No podemos estar juntos pero estamos a tu lado».
Ese feedback tras la primera semana les sirvió para darse cuenta de que “había que bajar el pistón porque las familias estaban agobiadas”. También se introdujo la programación de tutorías por videoconferencia (mediante la aplicación Zoom), que “está siendo de enorme utilidad sobre todo con las familias que están teniendo más dificultades con sus hijos”. “Le damos prioridad absoluta a que los niños con más problemas no se desenganchen. Si hace falta una tutoría de una hora y veinte minutos, como la que ha tenido una profesora hoy, pues se tiene”, asegura Alejandro. Además, los tutores están dando flexibilidad absoluta a los padres para conectarse con ellos por la mañana o por la tarde.
También pensando en las familias, la dirección subió al canal de YouTube del colegio videotutoriales sobre cómo usar determinadas herramientas online.
Clase por videoconferencia dos veces a la semana
En la segunda semana se introdujo otro cambio significativo para el aprendizaje de los niños. “Vimos que nos faltaba la parte humana en la programación”, cuenta el director. Y establecieron dos sesiones semanales por videoconferencia con cada profesor (también por Zoom) para repasar y resolver dudas. “El objetivo no era sólo que los niños tuvieran contacto directo con los docentes, sino con sus propios compañeros. Nos hemos dado cuenta del apoyo moral que supone para ellos ver que sus amigos están en su misma situación”.
De esta manera el NClic reconvirtió su horario de clases adaptándolo a la nueva situación y al nuevo medio. Esas dos conexiones semanales con cada docente son voluntarias y, al final, los alumnos suman entre dos y tres horas diarias de ‘clase’. «Tuvimos claro que no debía haber más de tres horas al día de clase», apunta Alejandro.
Antes de conectarse, los niños han debido ver los vídeos que se las ha pedido que vean. Se conectan con el micrófono silenciado y es el maestro quien les va dando la palabra por turnos. Al final, se dejan cinco minutos para que charlen entre ellos.
“Aunque no tengan dudas, casi todos se conectan por esa necesidad de estar en contacto con los demás”, revela el director.
Conversación en inglés y Música
Y ya en la tercera semana sumaron una nueva actuación: la de los auxiliares de inglés. “Hemos logrado organizar grupos de tres alumnos para que se conecten con un auxiliar en una sesión de 15 minutos cada semana”, explica Alejandro. En Infantil, las auxiliares se graban contando cuentos en inglés y se los envían a los niños.
También los profesores de su Escuela de Música han comenzado a dar clase de instrumento por videoconferencia y “está funcionando muy bien”.
Concurso de cuentos y dibujos
Entretanto, por aquello de motivar la actividad intelectual de los niños más allá de lo académico, el NClic ha puesto en marcha un concurso de cuentos infantiles que, gracias a su propagación por las redes, ha conseguido que les lleguen más de 200 cuentos de toda España.
Esta semana inauguran un concurso de dibujo para que alumnos de Infantil imaginen cómo es su súper héroe contra el coronavirus.
Y también han lanzado la iniciativa ‘Las Píldoras del Agradecimiento’ para que las familias envíen vídeos, fotografías, carteles y dibujos elaborados por los niños como muestra de agradecimiento al personal sanitario: «Es un modo excelente de que los pequeños se sientan solidarios».
Y, aunque parezca pronto, el NClic ya está trabajando con su equipo de Orientación en las prioridades que habrá que atender en ‘la vuelta al cole’. Porque ahí se presenta un desafío de gran tamaño, tanto para los niños como para los docentes.