La incertidumbre que alimenta la tensión en la comunidad educativa desde marzo de 2020 afecta de una manera más aguda a los 217.000 estudiantes de Bachillerato que se presentan a la EBAU este curso. Sienten que se juegan su futuro en unos exámenes sobre los que ha planeado una sombra de indefinición y confusión que contribuye a aumentar la inseguridad, el estrés y la ansiedad ante ellos. Y hay sobradas investigaciones que relacionan altos niveles de ansiedad con un descenso del rendimiento ante los exámenes.
La inseguridad generada por la suspensión de las clases y, en muchos casos, por la pérdida de contacto cotidiano con los docentes; los cambios de fechas; la modificación del modelo de examen para dar más facilidades de respuesta; la permanente duda –hasta finales de mayo– sobre si iba a poder celebrarse la prueba o no; el inevitable temor de los estudiantes a estar esforzándose para nada durante todo ese tiempo; las dudas sobre si las facilidades para contestar el examen supondrá un agravio comparativo para los que mejor la llevan preparada y los que más se han esforzado; la polémica sobre un aumento de la brecha de dificultad ante la independencia de cada administración autonómica para confeccionar la prueba; la falte de concreción y las contradicciones (hasta casi el último momento) respecto al lugar donde se realizarán los exámenes; el permanente foco sobre las medidas de higiene y la prevención de contagios…
Son tantos los factores de distorsión y de inseguridad que han tenido que enfrentar los estudiantes que se presentan a la EBAU este año, que cuando finalmente la hagan bien podrá calificarse de gesta heroica.
Sin duda los resultados de esta prueba de acceso a la universidad serán estudiados con lupa para tratar de averiguar en qué medida han podido afectar todos esos factores de incertidumbre y, también, aquellos que tienen que ver con la tradicional contradicción entre la disparidad autonómica entre exámenes y el distrito único universitario que determina el acceso.
Consejos para rebajar la tensión y la ansiedad
En este esfuerzo final que están realizando estos jóvenes es fundamental rebajar el clima de tensión generado y la consecuente ansiedad que puede llegar a generarles. Estudios realizados por varios psicólogos, entre ellos el profesor de la Universidad CEU San Pablo Fernando Miralles, indican que los alumnos afectados con problemas de ansiedad en exámenes, suelen estar entre el 15% y el 25%. Según el doctor Miralles, este curso es previsible que se incrementen estos baremos.
Los síntomas más frecuentes son: irritabilidad, susceptibilidad, mal humor, insomnio, algún malestar físico, aparición de pensamientos negativos, miedo al fracaso y a quedarse en blanco.
Por eso, este profesor de Psicología ha elaborado una guía de recomendaciones –de la que nos hacemos eco– para minimizar la ansiedad y sus posibles efectos negativos en los exámenes.
1.- Antes del examen:
- Adapta tu habitación y, si puedes y te dejan, estudia en el salón para no estar siempre metido en el mismo sitio.
- Lleva tu agenda organizada para saber qué repasar en cada momento.
- Empieza estudiando las asignaturas menos atractivas o que peor se te den, estarás menos cansado que si las estudias al final del día.
- Estudia con una buena técnica: lectura rápida, lectura comprensiva, subrayado, esquema/resumen, reglas nemotécnicas y memoria fotográfica.
- Realiza alguna técnica de relajación antes de acostarte.
- Recuerda siempre el apoyo incondicional de padres, familiares, amigos y profesores.
- Lleva una vida saludable, no tomes fármacos; si no duermes lo suficiente, el examen no saldrá bien, pues el cerebro estará cansado. Tampoco hagas comidas copiosas ni bebas alcohol.
- Intenta conseguir información sobre exámenes de años anteriores (todos están en Internet), así podrás hacer simulacros de la prueba.
- Visita online días antes del examen, el lugar donde va a ser tu EBAU, para evitar miedos infundados y sorpresas de última hora.
2.- El día del examen, antes de la prueba:
- Para dormir tranquilo y que no haya sorpresas negativas de última hora, deja preparado todo el material necesario para el examen antes de acostarte.
- Ve con tiempo al lugar del examen, y si puede ser, en transporte público. El día de la prueba, muchos padres llevan a sus hijos en coche y se generan grandes atascos que pueden incrementar la ansiedad.
- Desayuna bien, lleva agua y algo sólido por si la prueba o el tiempo de espera se alarga.
- Evita un último repaso en profundidad, puesto que esa información ya está almacenada en tu memoria, aunque tú no lo creas.
- No comentes el temario con tus amigos, pues saldrán preguntas tan difíciles que ni el profesor que lleva años impartiendo clase se habrá planteado poner en el examen.
- Evita hablar con amigos que estén muy nerviosos, ya que pueden transmitirte su intranquilidad.
- Si notas que estás nervioso, empieza a respirar con el abdomen.
3.- Durante la realización de la prueba:
- Lee todas las preguntas y, si hay alguna que no entiendes bien, consulta al examinador; aunque creas que está sólo para vigilar, también te podrá ayudar. Recuerda que es un profesor que intentará orientarte.
- Comienza el examen por la pregunta que mejor sepas, así irás consiguiendo puntos y aumentarás tu seguridad. Al mismo tiempo, sin que tú te des cuenta, tu cerebro buscará las respuestas al resto de preguntas.
- Lleva un reloj y controla el tiempo que te queda de examen. Para ello, ponlo sobre la mesa y calcula el tiempo que te han dicho los examinadores. Si no lo tienes claro, no dudes en consultar.
- Expón cada idea en un párrafo y subraya las más importantes.
- Si puedes, deja algo de tiempo para repasar y, sobre todo, si no estás seguro de alguna palabra, cámbiala por un sinónimo, las faltas de ortografía en la universidad están muy penalizadas.
- Si te quedas en blanco o te pones nervioso, intenta parar, respira despacio y escribir en un folio 15 palabras que empiecen por la misma letra; así desconectarás un momento del examen y podrás volver en pocos minutos a estar concentrado.
4.- Después del examen:
Celebra que el examen ha finalizado y que lo normal es que lo hayas aprobado. Suspende la EBAU menos de un 3% de los alumnos que se presentan. Si tuvieras que volver a hacerlo en septiembre, podrás prepararlo mejor y ya sabrás a lo que te enfrentas.