La docencia es una profesión históricamente feminizada, especialmente en las primeras etapas de la enseñanza. El 66,5% del profesorado en España es mujer, pero su presencia varía desde el 96,7% en Educación Infantil hasta el 41,3% en las universidades, según se desprende del informe Igualdad en cifras MEFP, publicado con motivo del Día Internacional de la Mujer por el Ministerio de Educación y Formación Profesional.
En ESO, Bachillerato y FP, el porcentaje de docentes mujeres es del 58%. En los centros de Educación Especial son el 81,7%.
Gracias a este informe, sabemos que en la última década la presencia femenina en puestos de dirección de centros no universitarios ha pasado del 50% al 65%. Las mujeres también ocupan el 65,9% de las secretarías y el 64,8% de las jefaturas de estudio, según los datos recabados por el Ministerio del curso 2016-2017.
Si bien la presencia femenina llega al 93% en la dirección de Infantil, desciende al 38,4% en la ESO, al 47,4% en Bachillerato y al 51,4% en Formación Profesional.
Estudios con pocas alumnas
La brecha de género en las disciplinas científico-tecnológicas se observa en el
alumnado, tanto en las enseñanzas de FP, como en las carreras universitarias, señala el Ministerio.
Algunos ejemplos son el 8% de chicas que cursa Informática en FP de grado medio,
el 4,9% matriculado en Electricidad y Electrónica en FP superior, el 12,2%
matriculado en el grado de Informática o el 28,4% de los grados de Ingeniería,
industria y construcción (estos dos últimos datos corresponden al curso 2017-2018).
Puedes leer aquí el reportaje que hicimos sobre LAS CAUSAS DE ESA BRECHA DE INTERESES académicos y profesionales entre chicos y chicas, así como los consejos de tres mujeres de Ciencia dedicadas a la enseñanza (Clara Grima, Marta Macho y Digna Couso) para aumentar el interés de las chicas por a Ciencia y la Tecnología.
Mejores resultados académicos
Como norma general, las chicas tienen más éxito que los chicos a la hora de superar cursos de Secundaria y Bachillerato y también módulos de FP. Asimismo, las tasas de abandono escolar temprano son más bajas entre ellas (14% frente al 21,7% de los chicos en 2018).
Obtienen también los mayores porcentajes de titulación en la Universidad, tanto en estudios de grado como de máster. Si se considera el conjunto de la educación superior universitaria y no universitaria, el 51,9% de las mujeres de 25 a 29 años ha finalizado estudios superiores, 11 puntos porcentuales por encima de los varones de ese mismo grupo de edad (40,9%).
El Ministerio de Educación señala que «esta feminización de los estudios contrasta, sin embargo, con la masculinización del mercado laboral, donde las mujeres tienen peores tasas de empleabilidad en todos los niveles de formación entre los 25 y los 64 años, según datos de 2018″.
Las tasas de paro, cuando se restringen al grupo de mujeres entre 25 y 34 años, no sólo no mejoran, sino que aumentan más de tres puntos porcentuales en total y hasta 10 para aquéllas que no han alcanzado la primera etapa de la Educación Secundaria.
