“Podemos decir que estamos manteniendo viva la llama del aprendizaje”, declara satisfecho el director del Arenales Carabanchel de Madrid, que ha puesto en marcha un plan integral con clases, tareas, tutorías y auxiliares de inglés
“Lo que hemos espabilado en estas dos semanas sin clase”, bromea José Luis Marrero, director del Colegio Arenales Carabanchel de Madrid, que le pone al mal tiempo buena cara. “Por lo pronto, hemos aprendido todos, docentes y alumnos, a hacer videoconferencias y a saber estar en una vídeoconferencia: no hablar a destiempo, silenciar tu micrófono, tener una apariencia correcta…”
En Arenales tuvieron claro desde el primer momento que los alumnos tenían que ver a sus profesores cada día y que éstos debían mantener la actividad académica, avanzando y afianzado materia en función de los nuevos ritmos, más lentos, y las nuevas posibilidades que permite la comunicación online. Y partiendo de esa base diseñaron en tiempo récord Keep in Teach, un plan integral de enseñanza online, tutorías, seguimiento de los alumnos y comunicación con las familias con base en Google Classromm.
Su punto de partida lo hacía posible, ya que llevan seis años apostando fuerte por el uso de la tecnología y han facilitado que todas las familias usen iPad y libros digitales, que son mucho más baratos que los de papel. Ese camino recorrido supone una enorme ventaja en la cuarentena actual porque los alumnos son autónomos en el manejo de herramientas y procesos online.
Clases y tutorías
El blog de una profesora de Wuhan que, entonces, llevaba tres semanas dando clase online a sus estudiantes fue una guía muy útil para evitar ciertos errores. “Escucharla nos dio pistas clave, como la conveniencia de no dar más de tres materias al día, que todos los días tengan presencia las instrumentales –en el caso de Primaria, Lengua, Matemáticas e Inglés–, hacer un ejercicio de Educación Física a diario y proponer una actividad artística y lúdica”, explica José Luis Marrero.
Dos docentes de cada etapa se reunieron con el director para confeccionar el nuevo horario de clases y a ello le sumaron un horario diario de tutorías para que el alumno que lo desee reserve un cuarto de hora a través de Google Calendar.
“Todos los huecos de tutorías se llenan a diario y está pasando una cosa muy bonita con ellas: hay una relación nueva, los alumnos manifiestan un interés por los ámbitos personales y familiares de todos que antes, en clase, quizá no era tan explícito”, cuenta.
Los auxiliares de conversación de lengua extranjera también forman parte de este colegio online y están disponibles para, previa reserva, charlar un rato en inglés cada día.
Centrarse en lo importante
“Todo es más proceloso y más lento; las explicaciones de las clases se ralentizan porque tienes menos recursos a mano y menos interacción; no tienes 360 grados a tu disposición, como en la clase”, explica Marrero, que rápidamente incide en el aspecto positivo:
“Esta situación nos está sirviendo para reconducir las programaciones y centrar los objetivos fundamentales de cada materia en este currículum tan extenso que tenemos. Nos está viniendo muy bien tener que centrar el tiro”. Por otro lado, añade, “vemos que los alumnos se conectan con un interés en satisfacer una necesidad”. “No ocurre con el cien por cien, claro, pero igual que tampoco ocurre en el aula presencial”, precisa.
Seguimiento personalizado con tres filtros
Otro aspecto al que prestan mucha atención en Arenales Carabanchel es el seguimiento cercano de cada alumno. Y para ello diseñaron un proceso de tres filtros:
El profesorado da dos días para que los alumnos entreguen la tarea que se les encarga por Google Classroom. Si, pasado ese tiempo, no hay entrega, se escribe un correo a los padres preguntando si sus hijos han tenido algún problema y ofreciéndoles ayuda. Y si los padres no responden al correo en dos días, se les llama por teléfono para preguntarles. Para que esto sea posible el responsable TIC del colegio instaló en el móvil de los docentes la app 3CX, que les permite llamar a los padres a través de la centralita del colegio. De esta manera se protegen los datos de los padres y de los propios docentes.
“Este protocolo nos está ayudando mucho y nos ha servido para incorporar al nuevo ritmo escolar a algunos niños que no habían acabado de entrar o reincorporar a algunos que se estaban descolgando”, explica.
Y, como no, las redes sociales están sirviendo a los docentes, alumnos y familias para reforzar el vínculo emocional entre ellos. Los docentes se mandan todos los días un mensaje de ánimo –cada día le toca a uno– y, algunos de ellos cuelgan vídeos de su actividad cotidiana para amenizarle la jornada al resto de la comunidad educativa.
La comunicación con el AMPA es frecuente y, por ellos pasa cualquier comunicación del colegio a los padres antes de proceder a su envío.
Máxima satisfacción
Tras dos semanas de cuarentena, José Luis Marrero se declara “impactado por la responsabilidad que están demostrando todos y los primeros, los alumnos, que parece que se han hecho mayores”. “Las familias son auténticos héroes, llevando la casa, el teletrabajo, las dudas de sus hijos con las asignaturas, y además su entretenimiento”. Y los profesores han demostrado una responsabilidad abrumadora, “muchos pasándose de horas de trabajo”. “He tenido que pedirles que bajen el voltaje y piensen en el medio plazo”.
“En estos 10 días lectivos sin clase, el director de Arenales Carabanchel resume así su satisfacción: “Podemos decir que estamos manteniendo viva la llama del aprendizaje”.