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El Ministerio presenta 24 propuestas para reformar la profesión docente

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  • El documento incide en la formación inicial, la formación permanente, el acceso a la profesión docente y su desarrollo profesional.
  • Los sindicatos rechazan la propuesta porque no demuestra «un interés por mejorar la profesión docente y las condiciones del profesorado»

El Ministerio de Educación y FP ha presentado a comienzos de 2021 su propuesta de modificación de la formación docente, el acceso a la profesión y la carrera profesional, un desafío largamente postergado o malgrado en las últimas décadas. Responde así al compromiso autoimpuesto en la disposición adicional 7ª de la LOMLOE. Sin embargo, la propuesta inicial parece más un manifiesto o una declaración de intenciones que un programa de medidas a adoptar. Los sindicatos le han pedido una negociación seria que contemple, además, mejoras laborales que permitan aterrizar una verdadera mejora en el desempeño profesional.

La ministra Pilar Alegría ha presentado su documento de 24 propuestas tanto en la Mesa de negociación con los sindicatos como en la Comisión General de Educación con las comunidades autónomas. Las propuestas inciden en la formación inicial, el acceso a la profesión docente, la formación permanente y en el desarrollo profesional. [Puedes acceder aquí al documento íntegro del Ministerio]

Dos días antes, en una comparecencia en el Senado, Pilar Alegría había hablado de la necesidad de abordar “una formación inicial y permanente suficiente y adecuada, sentirse profesionalmente acompañados para reflexionar sobre su tarea y poder mejorarla en un entorno social dinámico y cambiante”.

La propuesta del Ministerio plantea, por ejemplo, la necesidad de una prueba de acceso específica para el grado universitario de Educación Infantil y Primaria, y otra para el Máster del Profesorado de Secundaria, así como una revisión de los contenidos y un «refuerzo» del Prácticum en ambas formaciones.

En la prueba de acceso al grado se evaluaría la competencia comunicativa y de razonamiento crítico y la competencia lógico-matemática, según señala el Ministerio en su nota de prensa. «E incluiría aspectos referidos a actitudes y competencias de la profesión docente», añade.

El Ministerio advierte de la formación de los futuros docentes debe garantizar que reúnen «las competencias necesarias para impartir docencia, trabajar interdisciplinarmente, introducir innovación, utilizar metodologías diversas y motivadoras, y gestionar todas las funciones y competencias que los docentes deben cumplir diariamente en un centro».

En cuanto al refuerzo del Prácticum, el Ministerio quiere explorar la posibilidad de «adoptar un proyecto formativo dual que se desarrolle complementariamente en el centro universitario y en un centro educativo de enseñanza no universitaria, en el que la actividad formativa pueda alternarse con una actividad laboral retribuida».

Por su parte, los centros donde se realice la formación práctica así como los tutores de los futuros docentes deberían tener una compensación y un reconocimiento, aboga el Gobierno.

Para estudiar el Máster de Formación del Profesorado, se establecerían unos requisitos básicos relacionados con el área de conocimiento de cada especialidad del Máster; se fijaría una prueba de acceso similar a la del grado y se reforzaría el Prácticum. «En el caso de algunas especialidades», dice el Ministerio, «es necesario valorar la posibilidad de ampliar la duración del Máster para que asegure la formación necesaria».

El Gobierno menciona de manera crítica el aumento de plazas de formación docente en las universidades privadas y cómo han contribuido a aumentar la inmensa brecha entre número de maestros titulados y el número de plazas para ejercer la profesión. Pese al evidente «desajuste», no se propone una regulación de las plazas; sí que haya suficientes en todas las especialidades.

En el acceso a la función pública docente, el documento habla de la necesidad de actualizar los temarios de las oposiciones pues «los de algunas especialidades tienen una antigüedad excesiva, que llega a ser superior a 28 años».

La propuesta del Ministerio también habla del profesorado de los centros privados, pero de una manera tímida y difusa: simplemente dice que hay que abrir un proceso de renovación de las condiciones de formación de dichos docentes para asegurar que cuentan con una formación adecuada a las nuevas materias y áreas que introduce la LOMLOE.

Competencias docentes

El documento habla de las labores de los docentes y de la necesidad de establecer un marco de competencias profesionales. Más allá de enseñar, dice el Ministerio, «la labor de los docentes debería caracterizarse por la colaboración y el trabajo en equipo. La reflexión, la investigación y la creación de conocimientos y nuevas prácticas pedagógicas deberían ser parte integrante de la enseñanza».

«Es necesario reflexionar sobre si actualmente en el desarrollo profesional docente se está teniendo en cuenta el conjunto de labores que realiza el profesorado», señala el Ministerio. «Es fundamental el reconocimiento de aspectos referidos a la mejora de la preparación científica, técnica, didáctica y profesional de los docentes. También habrán de tenerse en cuenta las implicaciones en proyectos de innovación e investigación educativa en la práctica docente. Pero no podemos olvidar que en gran parte la esencia de la docencia se encuentra en el desempeño del trabajo ordinario en el aula, en la participación en el funcionamiento del centro, en la búsqueda de la mejora de los resultados, etc., debiendo todo ello ser tenido en consideración».

«No existe una valoración sistemática o evaluación del ejercicio profesional docente que permita el reconocimiento de la labor de nuestro profesorado, quedando reducida actualmente a algunas funciones específicas, como es el caso de la dirección de los centros, o a algunas convocatorias para otros puestos o situaciones».

Los sindicatos, nada conformes

Pero a los sindicatos no les ha convencido la propuesta del Ministerio. CCOO ha criticado que «quiera salir del paso presentando un documento a todas luces insuficiente, con la única pretensión de cumplir con el plazo máximo de un año para su desarrollo que establece la LOMLOE» y «sin que se desprenda un interés real por reconocer y mejorar la profesión docente y las condiciones del profesorado». Para CCOO el documento «contiene propuestas parciales y difusas» y «ninguna de ellas progresa en la línea de mejorar y homologar las condiciones del profesorado ni solucionar los problemas más importantes».

Algo más diplomático ha sido el sindicato UGT, que ha incidido en la necesidad de una «negociación sosegada y profunda» con «calendario, formato y temas a negociar» .

«El documento está claramente descompensado», declara UGT. «Si bien se extiende en cuestiones importantes como la formación inicial, la reformulación de especialidades docentes, el sistema de selección y la formación permanente -sin especificar cómo se va a hacer-, no se mencionan cuestiones que deberá contener el futuro estatuto: dignificación de la profesión, retribuciones, jornada lectiva, ratios y recuperación de derechos,
entre otras».

UGT añade que, «si se quiere atraer a los mejores a la función docente, es imprescindible mejorar las condiciones en las que el profesorado desarrolla su trabajo».

Por su parte, el sindicato mayoritario de la escuela concertada, FSIE, ha reclamado al Ministerio que abra un espacio de negociación y diálogo con los representantes sindicales de los docentes de concertada y privada, ya que “cerca del 30%  de los docentes que ejercen la profesión lo hacen en estos centros y no pueden ser excluidos del debate  de una regulación tan importante y largamente reivindicada por nuestro sector”, señala el secretario general de FSIE, Jesús Pueyo.

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