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Las familias relacionadas con ciencia, tecnología e industria aglutinan el 80% de todos los cursos de especialización.
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De los 2.685 estudiantes matriculados en estos cursos, el 82% eran hombres y solo el 18% eran mujeres.
CaixaBank Dualiza con la colaboración de Orkestra- Instituto Vasco de Competitividad han analizado la situación de los cursos de especialización en FP coincidiendo con la aplicación definitiva de la nueva ley de Formación Profesional prevista para este año.
Esa ley estructura cada familia profesional por grado A,B,C,D y E en función al nivel de especialización y los cursos de especialización responden precisamente al Grado E.
La titulación que otorga el curso de especialización de FP es la de Especialista en Grado Medio o de Máster de FP en Grado Superior, dependiendo de la formación cursada. Actualmente, el 85% de todos los cursos de especialización impartidos están dirigidos al Grado Superior.
Los resultados arrojados por este análisis reflejan que desde 2020 se han aprobado un total de 21 cursos de especialización concentrados en nueve de las 26 familias profesionales de FP.
Electricidad y electrónica es la que cuenta con más cursos, un total de cinco, seguido de Transporte y mantenimiento, Informática y Comunicaciones, Instalación y Mantenimiento, Fabricación Mecánica, o Energía y agua, la mayoría de reciente implantación.
De este modo, las familias relacionadas con ciencia, tecnología e industria aglutinan el 80% de todos los cursos.
El componente territorial también juega un papel importante.
Tres comunidades concentran más de la mitad de todas las matriculaciones. Son Andalucía, Galicia y la Comunidad Valenciana.
Los datos facilitados por la Comisión Europea muestran que estas tres autonomías estarían clasificadas como regiones con un nivel de innovación moderado, por debajo de País Vasco, Madrid, Cataluña y Navarra, que muestran un componente de innovación fuerte.
Precisamente estas regiones más avanzadas apenas tienen peso en la matriculación en estos Máster de FP, lo que podría derivarse de que ya incluyen esa especialización a través de otras vías como la dualización o la innovación curricular.
Además, el estudio muestra la profunda brecha de género persistente también en estos cursos y que es un reflejo de la que se produce en todas las profesiones relacionadas con industria y tecnología, las cuales se encuentran fuertemente masculinizadas.
De los 2.685 estudiantes matriculados en el curso 21-22, el 82% eran hombres y solo el 18% eran mujeres.
Los datos del análisis advierten además de que por el contrario de lo esperado, la brecha no solo no se reduce sino continúa aumentando durante los últimos años.
Todos los datos del estudio están disponibles en Mensual – Observatorio de la Formación Profesional (observatoriofp.com)