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Joaquín Aldás co-director de U-Ranking: «Soy partidario de respetar la vocación personal pero siempre que sea informada»

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A raíz de su intervención en el foro sobre orientación co- organizado por CEIM, la Fundación Bertelsmann y la Comunidad de Madrid «La orientación como estrategia de futuro» el año pasado entrevistamos a Joaquín Aldas.

Aldás es Catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados en la Facultat d’Economia. Licenciado y doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universitat de València. Es investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y Visiting Research Fellow de la University of Glasgow (Reino Unido), además de co-director de U-Ranking.

1.-¿Cree que los procesos de orientación universitaria funcionan en España?

Los procesos de orientación funcionan en proporción a los recursos que se invierten en ellos. España tiene una cantidad de alumnos por cada orientador muy superior al promedio de los países de nuestro entorno. Si a esto unimos la heterogeneidad en el tratamiento a esta figura en las distintas comunidades autónomas, es muy difícil hablar de “la orientación en España”.

España tiene una cantidad de alumnos por cada orientador muy superior al promedio de los países de nuestro entorno.

Como en casi todo lo que tiene que ver con educación, contamos con grandes profesionales, si contáramos con el número adecuado y, a la vez, a la orientación se le reconociera el tremendo papel que tiene en el éxito futuro de los estudiantes universitarios, las cosas podrían cambiar a mejor.

2.- ¿Es responsabilidad de los centros educativos, de las universidades o de la familias?

La principal corresponde, en mi opinión, a las comunidades autónomas que tienen transferidas las competencias y a las que le queda mucho recorrido para entender la relevancia de la orientación y alinear los recursos educativos y legislativos en esa dirección.

Pero es cierto que, en su justa proporción, centros educativos y universidades pueden ayudar al orientador a realizar mejor su tarea. Por ejemplo, las universidades acercando a los centros educativos –me consta que, al menos en mi comunidad muchas lo están haciendo—la presentación de sus títulos, favoreciendo la visita a los campus, entre otras actividades.

Las familias tienen otro tipo de responsabilidad. La de tener una interlocución franca con orientadores y sus propios hijos para ajustar las vocaciones y capacidades de los mismos con sus propios deseos, pero ese es otro ámbito de discusión.

3.-¿Se necesitan más recursos en los colegios e institutos, en general?

Insisto en que las diferencias por comunidades autónomas no son menores, pero yo diría que hacen falta más orientadores para ajustarnos a los promedios europeos y un mayor reconocimiento de la importancia social y económica de su tarea.

4.-¿Cuál es el momento de empezar a trabajar con los alumnos con la orientación profesional? ¿Está contemplado en el CV?

Aquí hay dos aspectos vinculados pero distintos. Por un lado, nos encontramos con una demanda decreciente de estudios vinculados con las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas) cuando más necesita nuestro país de estos estudios si quiere aumentar el peso de la economía basada en el conocimiento y tener un sector servicios de mayor valor añadido. ¿Dónde se origina el problema? En mi opinión en unos estereotipos de estas materias muy marcados por una didáctica de las mismas que les confiere, en muchos casos, el carácter de duras.

Si este país contara con un pacto de estado de educación, podría realizarse una reflexión sosegada y de largo plazo acerca de cuál debería ser la didáctica adecuada de esas materias, implementarla con tiempo y, sobre todo, mantenerla en el largo plazo, con una estabilidad que rendiría frutos. Por lo tanto, bajo este principio utópico, la orientación profesional podría atrasarse hasta el bachillerato.

Pero como esa no es la realidad, mi opinión es que cuanto antes se comience mejor. Es importante que los estudiantes de primaria y secundaria visiten las empresas, vean cómo se desenvuelve en ellas un físico, un matemático, un biólogo… es importante que profesionales de prestigio les visiten en los institutos y les hablen de su trabajo.

Obviamente el enfoque de la orientación será distinto en primaria, secundaria o bachillerato. En esta última etapa, ha de ser mucho más enfocada. El orientador ya tiene una visión formada de las capacidades del estudiante, de su vocación –o ausencia de ella—y la orientación se concretará en presentarle un abanico de grados adecuado, explicarle su contenido y salidas laborales, su nivel y calidad de la empleabilidad, etcétera.

5-¿En qué consiste U-Ranking? ¿Es únicamente un ranking o una herramienta?

U-Ranking es un ranking, una ordenación de universidades, en función de distintas características (su calidad docente, la calidad de su investigación y transferencia). Pero el tiempo nos ha mostrado que un público importante, orientadores, estudiantes y familias, necesitaban algo más que esas ordenaciones y poco a poco se ha convertido en una herramienta –entiendo—muy útil.

Por una parte, permite tener la ordenación de las universidades para cada titulación, grado o máster, en función de la calidad docente o investigadora de la institución, permitiendo al usuario decidir qué importancia quiere dar a uno u otro factor. Es decir, no es un ranking de pesos fijos para el usuario, este puede decidir en función de sus preferencias.

Por otra parte, pensando en una dimensión importante para la orientación como es la empleabilidad de los títulos, incorpora información para cada grado de los niveles de empleabilidad (porcentaje de egresados trabajando a los cuatro años de egresar) pero también de su calidad (salario medio, y ajuste vertical y horizontal con la carrera estudiada).

Es importante que hace 20 años un orientador necesitaba información de una cantidad reducida de títulos que conformaban el mapa de posibilidades. Tras Bolonia, esa cantidad de títulos se ha multiplicado y es imposible, sin herramientas como estas, que un orientador tenga toda la información de una manera rápida y sencilla.

6-¿Cuál es el propósito de la elaboración del U-Ranking desde el punto de vista educativo y económico ?

Profundizar en el conocimiento del sistema universitario español. Existen muchos ranking internacionales, pero solo unas pocas universidades españolas figuran en ellos. Creíamos que si se quería conocer la realidad del sistema español de universidades era importante que un ranking las incorporase a todas, públicas y privadas. Ese fue el origen de u-ranking.

Con la información que sistematizamos, los gestores de las universidades y también los reguladores públicos pueden mejorar sus diagnósticos y un buen diagnóstico facilita las acciones de mejora.

7-¿Usted ha dicho que su primer consejo es que alguien siga su vocación? ¿Por su experiencia y conocimiento piensa qué es lo mejor?

Exactamente lo que dije es que soy partidario de la “vocación informada”, es decir, que el estudiante que tiene una vocación marcada, indague a través de su orientador en las características y calidad del empleo del grado en que quiere matricularse. Si los resultados no son buenos, debe primar su vocación, pero ha de ser consciente de los retos que tendrá al egresar.

En paralelo, hay muchas formas de orientar una vocación. Por ejemplo, si un estudiante tiene claro que quiere estudiar Bellas Artes, y al analizar la empleabilidad ve que ésta es limitada, el orientador le puede abrir vías en ese mismo campo como Arte Digital o Animación Digital que, siendo compatibles con su vocación, pueden tener una mejor empleabilidad.

8-¿Deben las universidades adaptarse al tejido productivo del país? ¿Suelen estar equilibrados?

Lo que no pueden las universidades es no adaptarse a los cambios en el tejido productivo de los países. En una economía que evoluciona hacia la digitalización, la fabricación inteligente, donde aparece la gestión masiva de datos, la inteligencia artificial, entre otros determinantes de futuros, las universidades no se pueden quedar al margen.

Y no lo han hecho, en uno de los informes de U-Ranking analizábamos el número de nuevos títulos innovadores que se habían incorporado al mapa de títulos de las instituciones universitarias y era elevado. Más del 40% de las titulaciones universitarias tiene menos de 10 años. ¿Eso quiere decir que hay que abandonar ciertos títulos? No. Las universidades, sobre todo las públicas, han de dar respuesta también a una base de conocimiento humanista que aparentemente no está sujeto a los cambios en el tejido productivo. Y dijo aparentemente porque titulaciones “clásicas” como filología están desarrollando proyectos de investigación, por ejemplo, sobre procesamiento de lenguaje natural de una incuestionable utilidad para los avances en ciencia de datos o inteligencia artificial.

9-¿Las cifras de fracaso escolar en España tanto en la ESO y Secundaria como en la Universidad son muy preocupantes? Que supone esto para la sociedad y la economía, ¿Cómo se podrían mejorar estas cifras?.

Mi campo de especialización es la formación universitaria, y no me atrevería a entrar en el fracaso en etapas previas, aunque intuyo que mi respuesta anterior sobre el pacto de estado en educación, anticipa mi punto de vista personal.

En el campo universitario, u-ranking sí que ha dado cifras. El 31,7% de los matriculados abandona el grado en los tres primeros años, especialmente en el primero. Un 11,7% no abandona el sistema universitario sino que se matricula en otro grado de la misma u otra universidad, mientras que el 20% abandona definitivamente el sistema. Es cierto que estas cifras no son, a diferencia de la secundaria, muy distintas al resto de los países de nuestro entorno, pero no por ello dejan de ser graves.

Sin entrar en aspectos sociales, como trayectorias vitales truncadas, y centrándonos en lo estrictamente económico, esos aproximadamente 326.000 estudiantes que abandonan, están abandonando cuyos costes están subvencionados en una universidad pública y siempre con un gasto de las familias en universidades públicas y privadas. Como el gasto anual por alumno es conocido, el coste del abandono supera los 1.000 millones de euros que, para ponerlo en contexto, es un 10,2% del gasto anual en universidades.

Pensemos que solo invirtiendo una pequeña parte de ese coste en mejoras en la orientación, gran parte de ese abandono podría verse reducido.

10-¿Por su experiencia y estudios podría comentarnos porque piensa que hay carencia de mujeres en las carreras llamadas STEM? ¿Cree qué es un problema de falta de información? ¿Se le ocurre algún tipo de iniciativa que pudiera favorecerlo?

El problema de la menor representación de las mujeres en las STEM no puede desvincularse de la caída general en las STEM a la que aludía con anterioridad. En el curso 2000-2001 las ramas de ciencias y arquitectura e ingeniería concentraban al 32,5% de los estudiantes y en el 2021-2022 (último cerrado en las estadísticas oficiales) no llega a un 24%. Estamos hablando en términos absolutos de 190.000 matriculados menos en ese periodo.

En ese contexto general, el hecho de que el peso de las mujeres en muchas de esas áreas sea reducido, hace más difícil reconducir el problema.

Como decía antes, los estereotipos de las profesiones marcan las vocaciones. Si lo que las chicas de primaria o secundaria ven en las series, en las películas, son ingenieros y arquitectos, acabarán interiorizando que es una profesión de hombres. De ahí lo importante que son programas donde el estudiante visite a las empresas y las universidades o las universidades y las empresas y las universidades visiten los centros educativos y vean a mujeres en los laboratorios, dirigiendo empresas, o diseñando puentes.

Un buen ejemplo de estas iniciativas puede ser el programa Girls4Stem de la Universitat de València (https://girls4stem.uv.es/#/principal) donde a través de acciones de divulgación se generan vocaciones entre mujeres.

No olvidemos, tampoco, que, igual que hay profesiones masculinizadas, hay profesiones feminizadas como magisterio infantil o enfermería. Es decir, que la ruptura de los estereotipos es necesaria en ambos sentidos.

11-¿La infra-financiación de las universidades española hace que sean de menor calidad que el resto de las OCDE? ¿Es la privatización de la Universidad la solución?

No veo porqué una universidad privada se ha de entender, por principio, una universidad de mayor calidad que una pública. De hecho, no es así. Los niveles de investigación en las universidades privadas, entendidas en su conjunto, alcanza niveles muy muy bajos. Si se consulta U-ranking, por ejemplo, en el ranking general la primera universidad privada aparece en el puesto décimo, y en el ranking de investigación la primera aparece en el puesto decimoquinto. En rankings internacionales, como el ranking de Shanghai, entre las quince primeras universidades españolas, solo hay una universidad privada. Luego la privatización no es ninguna solución, porque eso no va a mejorar el nivel de las universidades españolas.

En segundo lugar, el nivel de las universidades españolas no es malo. Es cierto que no tenemos universidades que podríamos denominar líderes a nivel internacional, pero tenemos una gran cantidad de nuestro sistema universitario en puestos acordes a nuestro nivel de inversión en educación superior. Cambios en esa financiación hasta acercarnos al promedio de inversión respecto al PIB como el que propone la LOSU podría mejorar la calidad del sistema siempre que esa inversión fuera vinculada a cambios estructurales y condicionada, al menos en parte, al logro de determinados hitos objetivados en indicadores de desempeño.

12-Los graduados superiores españoles presentan en 2022 la segunda tasa de empleo más baja de los 27 países de la Unión Europea (83% respecto al 87,4% de la UE) y la segunda tasa de desempleo más alta (7,1% frente al 3,5% de la UE) ¿Podría mejorar la orientación estas cifras? .

Estoy convencido de que sí. Nuestra investigación en este campo muestra que hay dos determinantes fundamentales de la inserción laboral de los egresados universitarios, la movilidad y el título elegido. Dejemos al margen la movilidad, que es un valor que hay que transmitir por otras vías para lograr que el mercado de trabajo de un egresado no sea su provincia, sino todo el territorio español, o el mundo, incluso. Centrémonos en el título elegido. Las diferencias en la probabilidad de encontrar empleo entre el título con mejores resultados y el que tiene peores, es de un 25% y de un 82% de tener ingresos mas elevados. Retomando el concepto de vocación informada, si la orientación, analizadas las capacidades del estudiante y su vocación cuando existe, es capaz de ponerle delante un abanico de títulos con mejor empleabilidad, se reduciría simultáneamente el abandono y se mejoraría la inserción. Ese creo que es el gran reto de los próximos años.

Una orientación de calidad reducirá el abandono de estudios universitarios y ahorrará más de 1.000 millones a la sociedad

 

 

 

 

 

 

 

 

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