Juan Carlos Palomino es presidente de la Asociación Ciberespiral, Educación y Tecnología y maestro en el Colegio Ágora de Madrid. Recientemente visitó Finlandia y algunas de sus escuelas de la mano de docentes finlandeses. Aquí nos cuenta sus impresiones.
«Su formación inicial del profesorado combina la teoría, la práctica, la investigación y el desarrollo profesional a la perfección», subraya.
«El Colegio Ágora de Madrid está inmerso en un proyecto Erasmus+ con colegios de Finlandia, Italia y Alemania. Gracias a este proyecto hemos podido conocer el sistema educativo finlandés más a fondo. [web del proyecto]
Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar algunos de esos centros y todos fueron sorprendentes, sobre todo por la idea que tienen de flexibilidad, apertura y colaboración. Actualmente, la educación finlandesa está haciendo mucho hincapié en el aprovechamiento de los espacios y de su función educativa y formativa.
Una de las cosas que más me llamó la atención fue la formación del profesorado, gracias a que tuve la oportunidad de visitar la Oulu University Teacher Training School. Tal fue la buena impresión que me causó, que considero que es importante que se aprenda de modelos de formación del profesorado como el finlandés.
En el sistema formativo finlandés, la práctica durante la formación docente ocupa un lugar privilegiado y no es un mero trámite. Todo lo contrario, son conscientes del papel que ocupa la educación y de su poder para formar a las futuras generaciones y crear ciudadanos y ciudadanas preparadas para poder vivir en sociedad.
De los cuatro momentos que tienen de prácticas durante su carrera universitaria, 3 de ellos han de pasar por las escuelas de educación elemental específicas de formación del profesorado, conocidas como escuelas normales. Para el cuarto momento pueden elegir cualquier escuela.
Estos centros específicos de prácticas son parte de la Facultad de Educación. Ahí los futuros docentes reciben formación en técnicas de enseñanza y aprendizaje directamente de los propios docentes y en un aula real. Todo está bastante controlado y esa formación no se deja al libre albedrío de un docente que transmite su propio punto de vista de la educación, ya que esos docentes tutores son seleccionados por la propia universidad y formados para tal fin. Lo que ahí se transmite es una visión de Estado, una manera común de entender la educación. Esas prácticas son consideradas como un entrenamiento en la práctica docente intensiva y de calidad.
Esas escuelas normales (como parte de la formación) realizan experimentos e investigaciones que luego extenderán al resto de centros educativos, es decir, que los futuros docentes, junto con los profesores de la escuela, investigan y ponen en práctica cuestiones relacionadas directamente con la educación como: nuevos métodos de enseñanza, diseño del espacio, generación de nuevos recursos didácticos…
En definitiva, se pretende que, a nivel práctico, el alumno interiorice todos los valores que ha aprendido a lo largo de la instrucción, desarrolle nuevos modelos y se compartan con el resto de centros educativos.
Este modelo es una pieza básica para que Finlandia encabece los rankings en educación. Su formación inicial del profesorado combina la teoría, la práctica, la investigación y el desarrollo profesional a la perfección. Es por ello, que países como el nuestro deberían estudiar su modelo e intentar implantarlo en España como base de un mejor sistema educativo».