- Un proyecto de estimulación a la lectura crítica, basado en reseñas y recomendaciones online, se contagia entre varios colegios. Es colaborativo y está abierto.
- Biblioflix promueve la cooperación docente, el aprendizaje-servicio, el compromiso del alumnado y su pensamiento crítico, además de su competencia lingüística y digital.
- También promueve el estímulo a la lectura entre niñas en riesgo de exclusión y la donación de libros a dos residencias de menores.
Conectando los hábitos tecnológicos de hoy con los libros de siempre. Así es como Biblioflix se ha consolidado entre los alumnos y alumnas de 4º de Primaria del Colegio San Ramón y San Antonio de Madrid y se ha ido expandiendo a otros cursos, a otras etapas y a otros centros. Todo nació en la cabeza inquieta de Javier Pi (Javi el profe, en YouTube), un maestro del ‘SanRa’ que le daba vueltas en verano a cómo incentivar a la lectura desde la cotidianeidad tecnológica de los chavales, más acentuada aún tras el largo confinamiento en casa y la falta de clases presenciales. Además, le preocupaba mucho la amenaza de nuevos confinamientos y cualquiera que fuera el proyecto de motivación a la lectura tenía que ser viable sin presencialidad alguna. Todas sus inquietudes confluyeron en la concepción de Biblioflix, un portal al estilo Netflix que muestra los libros que van leyendo sus alumnos y en el que resultan clave las recomendaciones de éstos.
La recomendación, apunta Javier Pi, “les hace ir más allá de la mera lectura y les invita a hacer una lectura crítica, a reflexionar sobre lo que han leído”. Pero el maestro llevó a los niños más allá de la habitual reseña escrita. Si el invento era digital, había que dar rienda suelta a las posibilidades del medio. Y dio con uno de los aspectos que más estimula a los niños: sus recomendaciones son orales y sus voces se escuchan en boca de los protagonistas de cada libro que se leen.
Gracias a la aplicación Mug Life, podemos ver a Matilda y a Willy Wonka; a Manolito Gafotas, a Greg y Nikki, a los Futbolísimos, a Gerónimo y Tea Stilton, y a cualquier otro personaje hablando sobre su propio libro con la voz de los alumnos.
El entusiasmo que esto generó en los niños al principio se ha mantenido en el tiempo y el proyecto ha logrado un compromiso colectivo que sorprende y reconforta al profesor: “Siguen leyendo y haciendo críticas al mismo ritmo que en diciembre”, asegura. Tanto es así, que el trabajo de grabar, editar y subir reseñas se le acumula.
No es baladí que los libros referenciados son los que los alumnos han elegido leer: desde los comerciales de moda, como los Futbolísimos, a los clásicos de Roald Dahl; y en Secundaria, desde ‘Crepúsculo’ a ‘Sentido y Sensibilidad’. «Examinar de un libro, obligar a leer cierto libro, hacer fichas de libros… tendrá otros objetivos, pero no el de animar a la lectura», opina el maestro.
Colaborar para sumar
Javier era consciente de que este curso presentaba una dificultad extra para lanzar y afianzar cualquier proyecto. Ni siquiera sabía si llegaría a ponerlo en marcha. Pero comenzó y cuajó. El compromiso de sus compañeros Marian Parra y Fernando Villar (en la foto) fue clave. “El proyecto no es mío», insiste. «Yo puse la idea y la cabezonería; Marian le ha puesto orden y organización; y gracias a Fernando, el proyecto se ha extendido a otros centros, e introducir otras miradas ha sido fundamental para que mejore”.
Los docentes que se han sumado fuera del ‘SanRa’ llevan largo tiempo innovando en sus aulas y han sido reconocidos por ello en concursos y premios: Miguel Chumillas, del Colegio Santa Gema Galgani (Madrid); Antonio J. Cavillo, del IES Doñana de San Lúcar de Barrameda (Cádiz) y Pedro Márquez, del IES Santa Lucía del Trampal, de Alcuéscar (Cáceres).
Biblioflix es un ejemplo de cómo el afán colaborativo de los docentes supera cualquier barrera: las autonómicas, las de etapa (empezó en Primaria y ya se está introduciendo en Infantil y Secundaria), y las del mediático y politizado choque entre pública y concertada. También las de la valla del colegio porque el equipo de Biblioflix prevé extender la propuesta a los padres y madres del alumnado para que hagan sus recomendaciones literarias.
El proyecto es, además, un ejemplo de innovación “activa” en un curso en el que –como define el doctor Pere Marqués– la innovación es mayoritariamente “reactiva” (a los problemas y las dificultades creadas por la pandemia). Y está vivo. Más bien, no tiene fin. O no debería tenerlo. «Tiene un esqueleto marcado, pero no queremos que sea estático; no paramos de cuestionarlo, de buscar nuevas mejoras, nuevas propuestas, adaptaciones… Y está abierto a todo el que quiera unirse».
Por último, Biblioflix tiene una vocación social, ya que busca incentivar a la lectura –y facilitar los medios para ello– a menores en riesgo de exclusión, como son las niñas de las residencias de menores que tienen el Colegio San Ramón y San Antonio y en el Colegio Santamarca. Desirée Duce y Paula Fuertes son las responsables de hacer partícipes de Biblioflix a las niñas y jóvenes de estas residencias.
Además de promover la donación de libros por parte de las familias de los alumnos de los centros, el equipo de Biblioflix persigue la donación por parte del mundo editorial. De momento, cuentan con el apoyo de la editorial Círculo Rojo.
La web de Biblioflix también enlaza al alumnado con la red de bibliotecas de cada comunidad autónoma. El profesorado implicado intenta fomentar el hábito de acudir las bibliotecas públicas y trasladar la idea de que leer no depende de comprar libros.