El Ministerio de Educación y FP ha impulsado una Alianza por la Formación Profesional como estrategia de país desde el acuerdo con los agentes sociales, piezas clave en el impulso de una formación necesaria para la recuperación económica y social por su alta empleabilidad y su potencial emprendedor, como se encargaron de señalar algunos de los participantes en el acto oficial de la presentación.
Más de medio centenar de empresas, organizaciones sindicales y entidades sociales –entre ellas CECE– ya se han adherido a la Alianza, que, según el Ministerio de Educación y FP, «aunará esfuerzos, creará sinergias y tejerá iniciativas entre administraciones públicas, interlocutores sociales, sector empresarial y entidades del tercer sector para fortalecer este nuevo modelo de Formación Profesional».
La Alianza fue presentada este 24 de mayo en un acto inaugurado por Anton Costas, presidente del Consejo Económico y Social, y en el que intervinieron Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE); Gerardo Cuerva, presidente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME); Pepe Álvarez, secretario general de UGT; y Unai Sordo, secretario general de CCOO.
La ministra de Educación y FP, Isabel Celáa, puso de relieve la «corresponsabilidad» que implica la alianza suscrita entre los agentes sociales y el Gobierno «porque no hay formación de calidad sin empresa, pero tampoco hay empresa de calidad sin trabajadores bien formados». «Y un país sin una FP de calidad es un país sin futuro”, subrayó.
Isabel Celaá recordó que las previsiones para España en 2025 indican que el 49% de los puestos de trabajo en Europa requerirán una cualificación intermedia, y solo el 16% serán de baja cualificación. En la actualidad, el 25% de las personas tiene cualificación intermedia y el 35% la baja. «Esta situación», señalan desde el Ministerio, «evidencia la necesidad que tiene nuestro país de personas con titulación de técnico medio y técnico superior de perfiles profesionales que actualmente no se encuentran en el mercado laboral».
«Pilar de un nuevo contrato social» y corrector de «fallos del sistema»
En la presentación de la Alianza, el presidente del CES hizo un elogio de la Formación Profesional «como potente palanca tanto para transformar el sistema productivo como para que los jóvenes adquieran aquellas virtudes necesarias para lograr aquello que desean ser». La Alianza por la FP, sostuvo, es «un buen pilar para ese nuevo contrato social que permitirá reconciliar el dinamismo económico con el progreso social y con la democracia».
Costas elogió la FP como «un tren que no tiene vías cerradas, sino vías largas; un tren que tiene paradas en las que te puedes subir y bajar y adaptar tu trayectoria vital y profesional a las ambiciones y circunstancias de cada momento». Puso de relieve también las «virtudes cardinales» que toda persona adquiere con la formación en ámbitos laborales –el taller, la fábrica…– y que nunca podrá ofrecer la formación escolar. De ahí que reivindicara una mejor consideración social y económica para esa «combinación escuela-taller» que es la Formación Profesional.
«Tenemos un sistema educativo que está muy enfocado a facilitar el acceso a la universidad de nuestros jóvenes. Esa orientación predominante de la ESO y el Bachillerato es la que impide innovar en muchas ocasiones. Y, a la vez, esa obsesión, esa mirada casi única a la Universidad, provoca la expulsión, el rechazo de un gran número de estudiantes que tienen grandes capacidades«, advirtió Costas, que destacó la «gran capacidad de la FP para evitar este tipo de fallas del sistema».
Otra de los fallos sobre los que llamó la atención el presidente del CES es la idea equivocada del «talento» que hemos fomentado entre todos. «Consideramos que el talento viene sólo de un grupo reducido de personas talentosas», apuntó Costas. «En el análisis económico nos faltan dos o tres revoluciones pendientes», y una de ellas «es comprender que el dinamismo económico, el dinamismo emprendedor, la capacidad de innovación y productividad vienen del conjunto de la población, no de un grupo reducido de élites de las que decimos que tienen talento». E incidió en la necesidad de articular mecanismos que permitan a todas las personas proyectar su talento.
Por último, Anton Costas puso de relieve las cifras de bajo desempleo que tienen los titulados de FP (7,5% en el grado medio, 6,9% en el grado superior) y la importancia que tiene la Formación Profesional como «mecanismo de encaje» entre la formación de las personas y la demanda que tienen las empresas, actualmente con vacantes que no logran cubrir por falta de determinados perfiles profesionales.
Por su parte, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, puso el acento en «el gran avance» que supone integrar Formación Profesional inicial y Formación Permanente, que es una de las iniciativas comprometidas –aún pendiente– por el Gobierno.
«Hemos sido educados en que la formación era una cosa de la primera etapa de la vida», apuntó. «Pero el modelo ha cambiado» y «la formación ha de extenderse a lo largo de la vida en las personas». «Tenemos que ser capaces de integrar el sistema de formación permanente en el sistema productivo», señaló. «Ser capaces de detectar las necesidades del sistema productivo en materia de habilidades y competencias, y traducir de forma ágil esas nuevas necesidades en planes formativos que muchas veces tendrán que ser modulares porque no podemos movernos en el viejo esquema formativo de cientos y cientos de horas».
El líder de CCOO advirtió, sin embargo, del tamaño del tejido productivo mayoritario en nuestro país (pequeñas y medianas empresas) y de que «no son capaces de hacer prospección formativa», un terreno en el que «el papel de los agentes sociales es clave».
Desde UGT, el secretario general, Pepe Álvarez, destacó «la gran ventaja de que esta iniciativa parta del diálogo social» y llamó a realizar ese «cambio cultural» pendiente que lleve a las familias a pensar que sus hijos pueden hacer carrera tanto en la FP como en la Universidad y que, además ambas son compatibles, no excluyentes.
Modernización de la FP
La Alianza de país por la FP se enmarca dentro del Plan de Modernización de la Formación Profesional impulsado por el Gobierno.
Dentro de este Plan, señalan fuentes del Ministerio, se han creado ya 60.000 plazas de FP de las 200.000 previstas hasta 2023 y se han flexibilizado los procedimientos de acreditación de competencias laborales que permitirán llegar a tres millones de trabajadores. Además, el MEFP ha actualizado más de un 60% de las cualificaciones profesionales, ha creado 63 nuevas y ha diseñado 25 nuevas titulaciones, en su mayoría vinculadas a los sectores emergentes.
El Plan prevé también convertir 850 aulas de FP en espacios de tecnología aplicada y la creación de 1.800 aulas de emprendimiento en centros de Formación Profesional; la formación digital de más de 50.000 docentes de FP; y la creación de una nueva oferta modular para la población activa. Además, se ha iniciado un nuevo camino en la FP para el Empleo con oferta modular para la población activa. En este sentido, se va poner en marcha, en
colaboración de los interlocutores sociales, una formación en digitalización dirigida a 125.000 trabajadores de todo el territorio nacional».