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Padres y madres preparados para la EBAU: mejor, bien informados y abiertos a un plan B

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  • Explicamos cómo es la EBAU y cómo se calcula la nota final que condicionará el acceso a la Universidad
  • La incertidumbre sobre las notas de corte es alta; el año pasado subieron al darse más facilidades y flexibilidad al alumnado
  • Repasamos los consejos que orientadores y expertos dan para que el acompañamiento de los padres sea el mejor posible en estos últimos días antes de la prueba

Muchos recordarán la tensión y la ilusión de aquella Selectividad a la que se enfrentaron hace décadas. Para otros, la EBAU de sus hijos este año es su primera experiencia con ese abismo de emociones que se tienen ante el examen de acceso a la universidad. En cualquiera de los casos, padres y madres saben que su acompañamiento en los días previos es clave y para ello es básico tener claros los pormenores de la prueba y del cálculo de la nota final. Estar abiertos a diversos escenarios, dar confianza y cuidados a los hijos en los días previos también es importante para ellos en el gran esfuerzo de estos últimos días antes de la prueba.

CLAVES PARA ESTAR BIEN INFORMADOS
1. La EBAU es para la universidad pública

No conviene olvidarlo. Si no les da la nota para la carrera que quieren, sólo algunos podrán permitirse el acceso a una universidad privada. Para aquellos que ya saben que irán a una privada, la nota de la EBAU también es importante: la calificación obtenida en la fase general es válida durante un año y puede servir al alumno el curso que viene si quiere cambiar de carrera.

2. Fase Obligatoria (o general) y Fase Voluntaria (o específica)

Es la principal diferencia con la antigua Selectividad. Los estudiantes se presentan a la Fase General y, si quieren subir nota, a la específica; es lo habitual salvo que la carrera deseada en la universidad deseada apenas tenga demanda.

En la fase específica pueden examinarse de dos o más materias, pero la Universidad sólo tendrá en cuenta las dos mejores notas y sólo admitirá las que superen un 5.

Entender cómo computan las notas de ambas fases tiene su intríngulis y lo veremos a continuación. Aunque son determinantes, la nota que más pesa al final es la obtenida en Bachillerato.

3. Ponderación de la nota

Una cosa es la Nota de la EBAU, otra es la Nota de Acceso a la Universidad y otra la Nota Final.

  • Nota de la EBAU: es la obtenida en la fase voluntaria o general. Es imprescindible que esta nota llegue al 4.
  • Nota de Acceso a la Universidad: es la suma ponderada de la nota de la EBAU (hay que multiplicarla por 0,4) y la nota media del Bachillerato (hay que multiplicarla por 0,6). Es imprescindible que esta nota llegue al 5.
    Ejemplo:

    • Nota EBAU (fase general)= 7
    • Nota media en Bachillerato= 8
    • Nota de Acceso: 7×0,4 + 8×0,6= 7,6
  • Nota de la Fase Voluntaria: aporta un máximo de 4 puntos que se sumarán a la Nota de Acceso.
    Aquí entra en juego la importancia que cada universidad dé a las materias voluntarias de las que se ha examinado el estudiante. Cada universidad expone públicamente (en su web) la ponderación que da a cada una de las materias para entrar en cada una de sus carreras: las materias a las que da más importancia tendrán un diferencial de 0,2; las demás, 0,1.

Recordemos que el alumno podrá examinarse de dos o más materias en esta fase, pero sólo se tendrá en cuenta las dos mejores notas, que, además, deben alcanzar o superar el 5.

Las calificaciones de esas dos materias mejores se multiplican por 0,2 (si la universidad ha designado la materia como prioritaria para la titulación a la que aspiramos) o por 0,1 (si no la considera prioritaria).

Ejemplo:

    • Imaginemos que las mejores calificaciones de un alumno en esta fase son 7,5 y 6,5, pero sólo la primera está ponderada con un 0,2 por la universidad a la que aspira y en la carrera a la que aspira:
    • 7,5×0,2 + 6,5×0,1 = 1,5 + 0,65 = 2,15
    • Ese 2,15 habría que añadirlo a la Nota de Acceso y la suma total sería la Nota de Admisión o Nota Final.
  • Nota de Admisión o Nota Final: es la nota con la que el estudiante competirá con los demás alumnos de toda España. Es la suma de la Nota de Acceso y la calificación resultante de la fase voluntaria.

En el ejemplo que hemos manejando sería: 7,6 + 2,15 = 9,75.

4. Nota de corte

Es la nota por encima de la cual se puede entrar en cada grado de cada universidad. Cada curso es diferente porque depende de las notas obtenidas por los aspirantes a cada carrera, aunque suele variar poco.

La incertidumbre sobre la nota de corte es máxima este año, como también lo fue el pasado, ya que viene fuertemente determinada por la flexibilidad de evaluación y las facilidades dadas al alumnado en el contexto de la pandemia, según los expertos consultados. Hablamos de todo ello, y de sus posibles consecuencias, aquí.

En el presente curso la mayoría de titulaciones tuvo notas de corte superiores a las de otros años; en algunos casos, un par de décimas; en otros hasta dos puntos.

5. Disparidad autonómica

No sólo los criterios de evaluación de cada claustro pueden ser diferentes, si no también los establecidos por cada administración autonómica. Además, los exámenes de la EBAU y sus criterios de evaluación también son diferentes en cada comunidad. Pero, al final, todos los estudiantes de España compiten con todos independientemente de cuál es su territorio, su examen y los criterios de su evaluación.

6. Diseño de la prueba

Este año se mantiene el diseño de la prueba que se implantó el curso pasado con carácter excepcional para que todo el alumnado, independientemente de las dificultades debidas a la pandemia y a la falta de clases presenciales, pudiera responder a suficientes preguntas. Se eliminó el diseño tradicional de dos opciones de examen para elegir uno (en cada materia) y se sustituyó por un modelo único en el que hay varios apartados con varias preguntas a elegir en cada uno de ellos. De esta manera, se facilita al alumno elegir responder a lo que mejor se sabe y eludir lo que no ha podido prepararse bien.

La Orden que regula la EBAU de 2021, aprobada en enero, señala: «El alumno o alumna tendrá que responder, a su elección, a un número de preguntas determinado previamente por el órgano competente. El citado número de preguntas se habrá fijado de forma que permita a todo el alumnado alcanzar la máxima puntuación en la prueba, con independencia de las circunstancias en las que este pudiera haber tenido acceso a la enseñanza y el aprendizaje durante la suspensión de la actividad lectiva presencial. Para realizar el número máximo de preguntas fijado todas las preguntas deberán ser susceptibles de ser elegidas».

7. Fechas de convocatorias y de publicación de notas

Las pruebas de 2021 deberán finalizar antes del día 18 de junio de 2021 (la primera convocatoria) y los resultados provisionales deberán publicarse antes del 25 de junio de 2021. Cada comunidad suele tardar entre una semana y dos desde la celebración del examen.

La convocatoria extraordinaria se celebra en julio (antes del día 16) en todas las CCAA menos en Cataluña (en septiembre, antes del día 16). Los resultados han de publicarse antes del 23 de julio; en Cataluña, antes del día 22 de septiembre.

8. Opciones si no da la nota

Si la nota resultante no es suficiente para estudiar el grado deseado en la universidad deseada, hay varias opciones que barajar:

  • Buscar la carrera deseada y su nota de acceso en todas las universidades de España.
  • Analizar otras carreras relacionadas con la deseada, tanto en la comunidad propia como en otras. Cada vez hay más oferta dentro de un mismo ámbito de conocimiento, así que el abanico puede ser bastante amplio en algunos casos.
  • Estudiar en una privada si se lo puede permitir la familia. No obstante, hay que comprobar las becas y ayudas que éstas ofrecen.
  • Repetir la EBAU en la convocatoria extraordinaria (en julio) o al año siguiente.
    A la extraordinaria suelen presentarse aquellos estudiantes que han suspendido la fase general y aquellos que quieren subir la nota de la fase específica. El inconveniente es que después ya no queden plazas en las carreras afines al estudiante si están entre las más demandadas.
  • Si se opta por repetir la EBAU el curso siguiente, la nota de la fase general de este año se conserva, aunque prevalecería la más alta (si en la EBAU repetida se obtiene mejor nota, ésa es la que se tendrá en cuenta). Hay quien se prepara y se presenta sólo a asignaturas de la fase específica porque en la general y en el Bachillerato ya sacó muy buena nota.
  • Cada alumno tiene un máximo de cuatro convocatorias para presentarse.
  • Matricularse en Formación Profesional, en un ciclo formativo de grado superior que pertenezca al mismo ámbito de conocimiento, y desde el cual saltar luego a un grado universitario si lo desea. Son dos años de estudio, pero que permiten la convalidación de algunos créditos en la universidad y aportan al estudiante una formación técnica que le hará más competitivo al terminar la universidad.


APOYO Y ACOMPAÑAMIENTO

Tener claro todo el proceso y la aritmética del acceso a la Universidad es importante para acompañar a los hijos, pero también apoyarlos emocionalmente en los días previos, en los que son una olla a presión de esfuerzo, expectativas y temores, y pueden tener altibajos anímicos. Si han llegado hasta aquí, es que están convencidos de que hay que hacer una gran esfuerzo final. Hemos consultado a varios orientadores y éstos son sus consejos:

Conocimiento, confianza y ánimos sin presionar
  • Cuidado con añadir más presión sobre las notas convirtiéndolas en las protagonistas de las conversaciones en casa. Una cosa es que los padres tengan clara su importancia y cómo se calculan, y otra que estén todo el día hablando de ellas.
  • Desterrar la idea (en el fondo presente) de que se lo juegan todo a una carta. Ser los primeros en aceptar y plantear diferentes escenarios posibles, así como un plan B, C e incluso D. No hay un único camino y para ellos es importante que sus padres lo vean.
  • Estar bien informados sobre los intereses y las aptitudes de los hijos, y sobre los grados que les interesan, pero también de otros que les son afines, bien por el área de conocimiento, bien por el ámbito laboral en el que se ejercen. A veces a los jóvenes les interesa no tanto una disciplina como un ámbito profesional y a él pueden aproximarse desde diferentes disciplinas o enfoques académicos.
  • Si van flojos o han sacado una nota baja en Bachillerato, animarlos igualmente a que vayan a por todas. Nunca dar la batalla por perdida por anticipado. La oferta universitaria es muy diversa y, una vez dentro, las especializaciones son diversas y crecen a velocidad de vértigo.
  • Intentar permanecer serenos, pues la tensión se contagia. Los hijos trasladarán la tensión a sus padres, pero estos deben procurar que no ocurra a la inversa.
  • Ser pacientes con sus posibles cambios de ánimo, evitar discusiones y siempre transmitir confianza.
Hábitos saludables y mimos
  • Prevenirles de las distracciones que puede suponer las redes sociales en esos días previos y convencerlos de que estudien sin el teléfono cerca. Tal vez pueden consultarlo en los descansos que hagan.
  • Estar atentos a su alimentación y su descanso. Si pueden hacer un poco de ejercicio a diario, estarán más despejados y se concentrarán mejor.
  • Estar presentes y disponibles para las conversaciones que puedan surgir espontáneamente y en las que pueden manifestar sus temores.
  • Si la relación padres-hijos es buena y ellos son responsables, agradecerán mimos y gestos de cariño como descargarles de tareas del hogar, ayudarlos en lo que pidan, preparar las comidas que más les gustan, hacer ejercicios de relajación, llevarles la merienda a la habitación mientras estudian…
Después del examen
  • Felicitarles por el esfuerzo realizado, aunque no hayan salido satisfechos.
  • De nuevo quitar presión ante la incertidumbre y hablar con naturalidad de diferentes escenarios posibles.
  • Si no les da la nota para lo que quieren, hay que atenuar el drama, buscar otras opciones y nunca reforzar la idea de que ha sido o va a ser un año perdido. Ver “Opciones si no da la nota” (más arriba).
  • Si han suspendido o nada de lo que pueden estudiar con la nota obtenida les convence, habrán de prepararse anímicamente para diseñar un nuevo curso en el que ya no van en la misma corriente que sus amigos y compañeros, por lo que su análisis, su iniciativa, su capacidad de organización y su ambición serán determinantes. Por ejemplo, pueden optar por compaginar la preparación de la EBAU con un refuerzo en otras competencias, por ejemplo, los idiomas. En todo ello el acompañamiento y los ánimos de la familia son fundamentales para afianzarse con convicción en la opción elegida y no decaer.
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