El Real Decreto elaborado por el Ministerio para marcar a las Comunidades Autónomas las enseñanzas mínimas en Educación Infantil define ésta “como una etapa educativa única con identidad propia» y «organizada en dos ciclos que responden ambos a una misma intencionalidad educativa”. Las administraciones autonómicas deberán tener listos los currículos para empezar el curso que viene (22-23).
Hasta la LOMLOE, el Ejecutivo sólo regulaba el segundo ciclo de Infantil y dejaba la regulación del 0-3 a las administraciones autonómicas. Las modificaciones introducidas por el real decreto, una vez se apruebe, se implantarán en el curso escolar 2022-2023.
El nuevo decreto, aprobado el 1 de febrero, subraya que los métodos de trabajo en la etapa deberán basarse en “experiencias de aprendizaje emocionalmente positivas” y en el juego, aplicados en un ambiente “de afecto y confianza para potenciar su autoestima e integración social y el establecimiento de un apego seguro”, asegurando “desde el primer contacto una transición positiva desde el entorno familiar al escolar”. [Puedes leer aquí el Real Decreto publicado en el BOE]
Tres áreas
Las enseñanzas de toda la Educación Infantil se organizarán en tres áreas: “Crecer en armonía”, “Descubrir, disfrutar y explorar el entorno” y “Comunicar y representar la realidad”.
Según el texto, los métodos de trabajo en toda la etapa deberán basarse en “experiencias de aprendizaje emocionalmente positivas” y en el juego, aplicados en un ambiente “de afecto y confianza para potenciar su autoestima e integración social y el establecimiento de un apego seguro”.
«El proceso de descubrimiento y valoración del entorno a lo largo de toda la etapa debe ser rico en estímulos, provocador, emocionante», señala el Ministerio. «El personal educador debe hacer propuestas intencionadas en torno a juegos exploratorios divertidos y estimulantes» para que los alumnos se enfrenten a «una tarea cuya resolución les resulte atractiva». «Deben disfrutar, pasarlo bien, reírse…», precisa.
«Con carácter meramente orientativo y con el fin de facilitar al profesorado su propia práctica», el real decreto propone una definición de situación de aprendizaje, describe sus elementos constitutivos y ofrece ideas y ejemplos para su diseño.
Evaluación
La evaluación será llevada a cabo mediante la observación directa y sistemática del alumno, y su objetivo será «identificar las condiciones iniciales individuales y el ritmo y características” en la “adquisición de las competencias”. Las administraciones educativas deberán establecer sistemas para detectar de forma temprana problemas de aprendizaje y crear programas de “intervención precoz”.
Saberes básicos
En cuanto a los saberes básicos que hay que evaluar, en el primer ciclo se agrupan en dos grandes bloques: uno centrado en el desarrollo de la propia identidad (el cuerpo y el control progresivo del mismo, equilibrio y desarrollo de la afectividad, hábitos de vida saludable) y otro que atiende a la interacción con el medio cívico y social.
En el segundo ciclo son: el equilibrio y desarrollo de la afectividad, los hábitos de vida saludables y la interacción socioemocional en el entorno.
El Real Decreto mantiene la alusión a la «construcción de género» y al «descubrimiento de la sexualidad» en los años de la Educación Infantil. «Es el momento de acompañar a cada niño o niña en su propio desarrollo personal, respetando la diversidad afectivo-sexual y ayudándole a identificar y eliminar toda discriminación», apunta el real decreto, que se expresa de términos más suaves que el borrador inicial, que señalaba que los docentes debían «favorecer el descubrimiento personal de la sexualidad».
«Es importante recordar que la interacción con la persona adulta orienta y modela en gran medida al niño y la niña, ya que tiende a imitar y reproducir sus estrategias relacionales; por ello es imprescindible identificar y erradicar, en su caso, los posibles mecanismos de discriminación oculta que puedan persistir en el entorno escolar», dice el decreto de enseñanzas mínimas.