¿Quién fue ese profesor o profesora que te marcó el camino, que te dejó el mejor recuerdo? ¿A quien te gustaría dar las gracias? Escríbenos a actualidaddocente@cece.es y cuéntanoslo.

Para ir haciendo memoria, puedes echar un vistazo a estos testimonios. En el 44º Congreso de CECE le planteamos esa pregunta a algunos de los asistentes y estos fueron sus recuerdos:

¿Y los tuyos? ¿Cuáles son?
 

1 Víctor Arocas (Presidente de ACENE):

«Mi profe de historia de Canarias en el CEU San Pablo de Santa Cruz de Tenerife: Juan Carlos Cabrera. Era muy cercano y en sus clases donde nos introducía con sus explicaciones dentro de la historia. Nos hacía vivir la historia». 

2 Eider Aguirre (Colegio San José de Calasanz, Santurtzi):

«Me acuerdo de una monja de mi colegio, cuando era muy pequeña. Sor Ángela. Era muy chiquitita pero muy grande al mismo tiempo. Alguien con luz, que lo llenaba todo. Era tan entusiasta y te transmitía tantos valores… Pero siempre desde el ejemplo. Le bastaban unas pocas palabras».

3 Joaquín del Castillo (Seguros Ocaso):

«No me acuerdo ya de su nombre. Me daba matemáticas en el colegio Retamar, de Madrid. Era tu profesor pero también se convertía en tu apoyo personal. Nos daba matemáticas pero nos tocaba en lo emocional. Te motivaba a avanzar, a continuar y no quedarte estancado».

4 Crystal D’Cruz (Edebé):

«Me acuerdo de mi director de Secundaria en Malasia, Mr. Mahindran. Yo tenía muchos problemas con el estudio, dislexia… Fue la primera persona que me habló de las inteligencias múltiples, allá en los años 90. Que podía tener debilidades pero también trabajar mis puntos fuertes, como mi capacidad de organización o de liderazgo. Yo era una adolescente y trabajó conmigo la autoestima, me enseñó a creer en mí misma. Y así cambiaron las cosas. Saqué unas notas increíbles en Secundaria».

5 Óscar González (Escuela de Padres con Talento)

«Jaime Tuset, del colegio de Xátiva. Me daba clase de Ética y Filosofía, en BUP y en COU. Me hizo creer en mí mismo. En una edad en que lo más frecuente es tener miedos, inseguridad, él me transmitió ese yo sí creo en ti que necesitas. Me dio ese empujón de autoestima y de seguir trabajando».

6 Armando Zorzano (Vicens Vives)

«Estaba en los Escolapios de Logroño. Me acuerdo perfectamente de su nombre: Luis Mata Sesé. Era la persona más dinámica del mundo. Hacía de todo. Recuerdo que en Navidad montaba un portal de Belén con 20 reyes magos y 12 nacimientos para que todo el mundo tuviera un papel. En clase te llevaba las matemáticas a la realidad. Era todo alegría, juego, vida… Te hacía ver las matemáticas». 

7 Gabriela Sicilia (Universidad Autónoma de Madrid)

«Marisa, mi profesora de historia en el colegio Santa Elena, en Uruguay. No me gustaba la historia hasta que me tocó ella, yo era más de matemáticas y ciencias. Fue la primera profesora que me enseñó a estudiar un libro. En clase transmitía. Dejaba que cada uno se interesara por la parte de la historia que más le atraía. No te la contaba de principio a fin, te ofrecía los distintos puntos de vista de un hecho. Para mis 14 años aquello fue un descubrimiento». 

8 Roberto Pérez (Colegio Montecastelo, Vigo)

«Mi profesor de matemáticas en 7º y 8º de EGB. Me marcó por la entrega que tenía con los alumnos y la pasión con la que ejercía. No tenía que explicarte, me acuerdo que sorteaba los ejercicios y montaba ligas para motivarnos, aprendíamos así mucho mejor». 

9 Elena Pérez (PSE-PSOE)

«Hubo tres profesoras que me marcaron en el instituto de Erandio: Carmen Abad me inculcó la pasión por la historia, a Resu Cantera le debo el interés por la biología y a Igone el espíritu crítico».

10 Belén Mejuto (Colegio San José de Calasanz, Santurtzi)

«Mi profesor de Psicología de la universidad, Javier Burón, cuando estudiaba Ciencias de la Educación. Estaba empezando la carrera y dibujando lo que quería ser. Recuerdo su visión de la educación, por sus muchos años de experiencia, su naturalidad, su sencillez, cómo comunicaba. No te daba tiempo a tomar apuntes porque entonces te perdías lo que decía». 

11 Olga Rodríguez Sanmartín (El Mundo)

«Olga Casanova, que me dio Lengua y Literatura en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo de Madrid. ‘Rayuela’, de Julio Cortázar, fue, en realidad, nuestro verdadero libro de texto. Olga nos descubrió a George Perec, el dadaísmo y la escritura automática. A esta mujer-duende de pasos decididos le brillaban los ojos cuando hablaba de ‘El Quijote’. Nos llevaba a leer poesía al jardín y sus clases nos abrieron la puerta a cuestionarnos todo lo establecido; nos mostró un mundo donde todo era posible; nos enseñó a ser creativos, a confiar en nosotros mismos y a no dar nunca todo por sentado. Esa manera de estar en el mundo -crítica, apasionada y un tanto subversiva- me ha guiado siempre. Los exámenes no eran preguntas que pudieran resolverse estudiando. Eran cuestiones para pensar y desarrollar, establecer una tesis y sustentarla a partir de lo leído y de la experiencia adquirida. Me hubiera pasado horas haciendo esos exámenes».