La nueva ordenación académica para Secundaria diseñada por el Ministerio de Educación y FP ya está sobre la mesa de las CCAA para que hagan sus aportaciones y también para que vayan preparando sus adaptaciones en la gestión del curso que viene. De entrada, la propuesta del Gobierno elimina los itinerarios en la ESO e introduce la optatividad de nuevas materias. Las modalidades de Bachillerato pasan de ser tres a cinco. Una de ellas será un Bachillerato «generalista» que permita al alumnado cursar la etapa sin especializarse. Por otro lado, el alumnado que se decante por Artes podrá optar por la modalidad de Música y Artes Escénicas o por la de Artes Plásticas.
La Filosofía y la Historia de la Filosofía vuelven a formar tándem obligado en Bachillerato. Entran en juego las Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales; Economía, y Empresa y Diseño de modelos de negocio.
[Puedes consultar el documento del Ministerio con la ordenación académica propuesta aquí]
En Artes, la Literatura Dramática sustituye a Literatura Universal, y entran en juego Coro y Técnica vocal, y Proyectos Artísticos (de carácter práctico). En el Bachillerato de Ciencia y Tecnología, habrá Biología y Geología con el nuevo matiz añadido de Ciencias Ambientales, y se incorpora Tecnología e Ingeniería con carácter investigador, aplicado y práctico.
El documento del Ministerio deja sitio para que cada comunidad decida cuáles son sus materias optativas de Bachillerato.
En 4º de la ESO se cursarán Formación y orientación personal y profesional; Digitalización, y Economía y Emprendimiento. Formación y Orientación, que contendrá elementos de psicología, sociología y antropología, persigue que cada alumno adquiera un conocimiento de sus propias aptitudes e intereses en relación con la oferta académica postobligatoria y con el cada vez más complejo y diverso mercado laboral.
Cabe recordar aquí que la nueva ordenación académica entrará en vigor el curso que viene en los cursos impares, por lo que aún hay tiempo para incorporar las novedades de 4º de la ESO que acabe marcando el Ministerio y las que marque cada comunidad autónoma en su territorio.
En 1º, 2º y 3º de ESO han de ofertarse materias optativas, tres de las cuales han de ser una segunda lengua extranjera, Cultura Clásica y una materia para el desarrollo de la competencia digital. Las CCAA podrán ofertar otras optativas, alguna de las cuales el Ministerio propone que sea «un trabajo monográfico, proyecto interdisciplinar o proyecto de colaboración con un servicio a la comunidad».
La nueva ordenación académica también incluye Infantil y Primaria, aunque el documento del Ministerio no revela novedades respecto a los borradores curriculares que ya envió este verano a las CCAA. En una comparecencia en la Comisión de Educación y FP del Congreso de los Diputados el pasado mes de septiembre, la ministra Pilar Alegría, aseguró que mantiene reuniones bilaterales con las comunidades autónomas para incorporar buena parte de sus aportaciones a los currículos de Infantil y Primaria.
En Primaria, la principal novedad en cuestión de materias es Educación en Valores Cívicos y Éticos, que ha de cursarse en 5º o 6º. La asignatura también tendrá que impartirse en uno de los tres primeros cursos de la ESO.
En Infantil, las áreas educativas son: Crecimiento en armonía, Descubrimiento y exploración el entorno, y Comunicación y representación de la realidad. De momento, el Ministerio mantiene «el descubrimiento de la sexualidad» y «la construcción de género» entre los asuntos a tratar en esta etapa.
Las enseñanzas de Religión no están incluidas en la propuesta de ordenación académica del Ministerio al tratarse de una materia de oferta obligada para los centros, pero de elección voluntaria por parte de las familias o los estudiantes, y que cuenta con una regulación específica dentro de los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español.
Recientemente la Conferencia Episcopal ha presentado su propuesta curricular para la asignatura de Religión, comprometida con que el fomento de la igualdad entre niños y niñas, los objetivos de desarrollo sostenible, el diálogo y el respeto entre religiones, y el diálogo entre fe y ciencia. La propuesta, abierta a consulta pública, introduce también una perspectiva de género que llama a destacar el papel de la mujer en el relato bíblico.
