«No sobra nadie en la tarea educativa», asegura el secretario de Estado de Educación en la inauguración del congreso ante 400 representantes de la escuela concertada
«Si se cierran aulas concertadas, la pluralidad en educación acabará siendo un privilegio sólo de los ricos», dice Alfonso Aguiló ante el secretario de Estado de Educación y el presidente valenciano Ximo Puig
«Acordar y pactar no es traicionar a nadie; es simplemente ser inteligentes», apostilla Ximo Puig tras afirmar que «nos va mejor cuando no excluimos a nadie»
El respaldo institucional mostrado por el Gobierno central y del Gobierno valenciano al 46º Congreso de CECE ha sido doble: por un lado inaugurándolo; por otro, haciendo discursos conciliadores hacia la escuela concertada –de la que había unos 400 representantes– y poniendo el énfasis en que «no sobra nadie» en educación, en la defensa de una educación plural y en la voluntad firme de trabajar por alcanzar acuerdos que aporten estabilidad al sistema.
Antes de sus intervenciones, el secretario de Estado de Educación y Formación Profesional, Alejandro Tiana, y el presidente valenciano y barón socialista, Ximo Puig, tuvieron que escuchar discursos severamente críticos con los planes del Gobierno por parte del presidente de CECE, Alfonso Aguiló, y el presidente de FECEVAL, Alberto Villanueva.
Alfonso Aguiló apeló a la Constitución y a la LODE socialista de 1985 para reclamar el reconocimiento de la oferta plural en educación, la demanda social y el derecho de los padres a elegir colegio en la programación de la enseñanza que establezca la futura ley de educación.
Eliminar el criterio de la demanda social ha sido uno de los principales objetivos manifestados por la ministra Isabel Celaá desde el principio de su mandato, arropándolo, además, con mensajes de visible hostilidad hacia lo que considera abusos e injusticias de la escuela concertada, de las empresas educativas que hay tras algunos colegios y de determinadas administraciones educativas.
«Pedimos que no se margine a la concertada», subrayó el presidente de FECEVAL, que fue el primero en intervenir en su condición de anfitrión y coorganizador del congreso. «La complementariedad de la red pública y la red concertada es beneficiosa para la educación en España y en la Comunidad Valenciana», dijo a las autoridades presentes. Y reclamó al Gobierno que respete la demanda social en la nueva legislación.
«No queremos que se use la nueva ley para cerrar aulas que están llenas vulnerando los derechos de los padres», remarcó Alfonsó Aguiló. «Nos gustaría que la programación de la educación se hiciera al servicio de los ciudadanos y no con imposiciones de espaldas a ellos».
«No pedimos una educación a la carta», precisó Aguiló en respuesta a las declaraciones de la ministra en contra de eso mismo. El presidente de CECE argumentó que, si un centro es demandado por un número insuficiente de personas, no tiene sentido que sea concertado por la Administración. Pero, de igual manera, criticó la irresponsabilidad de una administración que construya cientos de aulas públicas allí donde ya haya concertadas. También rechazó frontalmente la intención de eliminar plazas concertadas porque haya plazas públicas. «La pluralidad en educación acabaría siendo un privilegio sólo de los ricos» al dejar de ser financiada con fondos públicos.
El presidente de CECE también salió al paso de las reiteradas apelaciones a que la concertada selecciona al alumnado y se mostró convencido de que, si las administraciones no discriminaran al alumnado de concertada en el acceso a becas de comedor, transporte y material escolar, los centros tendrían más alumnado inmigrante y de bajos recursos económicos. «Esa es una gran barrera para poder elegir centro», aseguró.
Alfonso Aguiló también aprovechó la presencia del Gobierno para manifestar la oposición de CECE a que la asignatura de Religión no tenga una alternativa en la futura ley porque «eso es convertirla en una extraescolar». Sin embargo, aceptó que la calificación en Religión no cuente en el expediente académico de los alumnos, que es otro de los objetivos del Gobierno.
«No sobra nadie»
Al final, Aguiló incidió en una idea: «En educación no sobra nadie». Y esa misma aseveración fue recogida después, en su turno de palabra, por el secretario de Estado para hacerla suya.
Alejandro Tiana comenzó manifestando su «satisfacción sincera» por estar respaldando a CECE en su congreso y elogió el programa de trabajo del mismo porque muestra «la preocupación que late en estos colegios por la educación».
Después remarcó que «no sobra nadie en la tarea educativa» y que «el Ministerio está para buscar soluciones y no crear problemas». Por ello, pidió a CECE y a toda la comunidad educativa a «trabajar conjuntamente para proporcionar las mejores oportunidades a todos los ciudadanos» y «dar estabilidad a nuestro sistema educativo».
Tiana reconoció abiertamente «tener puntos de discrepancia» con los representantes de la escuela concertada, pero subrayó que está «seguro de que tendremos puntos de acuerdo» porque en el Ministerio van a «trabajar para alcanzar el máximo acuerdo posible».
«No les pido cheques en blanco», precisó antes de apelar a la «lealtad mutua» que siempre ha caracterizado la relación entre el Ministerio y la CECE.
El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, fue el encargado de cerrar las intervenciones y de inaugurar oficialmente el congreso de CECE. Su discurso se basó, por un lado, en resaltar la necesidad de la pluralidad en la programación educativa y en la sociedad –«Sin excluir a nadie nos va mejor», afirmó–; por otro en el trabajo compartido, decidido y real por un pacto en educación, sin «reducir la realidad al maniqueísmo, a buenos y a malos».
«Acordar y pactar no es traicionar a nadie», concluyó, «es simplemente ser inteligentes».