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Ángela Monasor: «El primer impacto de Somos Científicos es la ruptura de estereotipos en Ciencia»

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En apenas tres años Ángela Monasor se ha convertido en una referencia en divulgación científica, en la que cree firmemente desde sus tiempos del Doctorado en el Centro de Investigaciones Oncológicas.

Como aquí lo de la comunicación científica no era un terreno muy abonado, ella se fue entonces a Reino Unido y allí se embarcó en I’m Scientist, un proyecto que lleva a las aulas y con alcance masivo, no la Ciencia con mayúsculas, sino el trabajo cotidiano que hacen los científicos. Chicos y chicas interactúan con personas normales que se dedican a la Ciencia, referentes de carne y hueso con los que poder identificarse.

El formato de comunicación online con escolares para que éstos acaben votando a los mejores científicos cada curso cosechó tanto éxito en Reino Unido, que empezó a exportarse a otros países, y Ángela se lo trajo a España.

Buscó la financiación –de la FECYT y la Obra Social “la Caixa”– y, con eso y la ayuda técnica de la organización británica, se lanzó a montar el concurso en 2016 con tan buen resultado, que dos cursos después, la demanda de científicos y de colegios que quieren participar cuadruplica las posibilidades que permite la financiación.

Somos científicos, sácanos de aquí se celebra dos veces cada curso (a final de año y tras la Semana Santa) y da cabida a más de 2.000 estudiantes de toda España cada vez, sobre todo de ESO y Bachillerato.

P. ¿Cómo se pone en marcha algo tan grande y para tantos colegios de toda España?

R. Es fundamental partir de una organización que ya está muy testada en Reino Unido y una estructura muy consolidada. Sabemos que para cada evento de dos semanas tenemos que empezar entre 9 y 12 semanas antes a prepararlo y luego, después de hacerlo, tenemos entre dos y cuatro semanas de cierre. En cada momento tengo una serie de tareas muy concretas y, por supuesto, tengo un equipo técnico en Reino Unido que da apoyo con la web y en otras cuestiones de tipo administrativo y de coordinación. Por ejemplo, ahora con el cambio de la política de Protección de Datos, yo sola no podría hacer todo lo que implica, pero de su mano sí.

Luego, durante las dos semanas que dura el concurso necesitamos un refuerzo de personal para moderar los chats de todos los colegios y gestionar toda la información que sale de ellos. Ahí contamos con personal contratado específicamente para eso.

P. En esas 9 o 12 semanas previas, ¿cómo es la preparación?

R. Por un lado buscamos financiación puntual para cada evento, aparte del patrocinio y la subvención fijas. Por otro, hacemos la selección de científicos y colegios, que es bastante compleja porque velamos por que estén representadas todas las disciplinas científicas y también los ámbitos de aplicación, diferentes lugares de trabajo (no sólo laboratorios), que haya industria, que haya el mismo número de mujeres que de hombres, que haya científicos de todas las edades, ya que la mayoría de los que se apuntan son jóvenes investigadores y doctorandos, y que haya de toda la geografía española, incluso españoles trabajando en el extranjero.

Además, tratamos de seleccionar a los mejores y no lo hago yo, lo hacen los profesores de los centros que van a participar. A cada científico candidato le pedimos una frase que defina su trabajo y esas frases se las enviamos a los docentes y ellos las puntúan. Según esa puntuación, se hace la selección tratando de aplicar los criterios que he mencionado antes.

Al final, es verdad que la mitad de los que participan son investigadores de doctorado porque empatizan mejor con los chavales, les resultan más cercanos. Es lo que dicen los profesores y los propios alumnos, y en eso nos basamos. En torno a un 15% son investigadores principales.

P. ¿Y la selección de centros educativos?

R. Queremos que en cada edición participen centros de toda España y prestamos especial atención a que haya centros de zonas rurales: priorizamos aquéllos de localidades con menos de 20.000 habitantes. También, cuando hemos podido incorporar a alguno de Latinoamérica, lo hemos metido. Al final, se quedan muchos fuera por esa razón. “Si tuviéramos más financiación”, asegura, “podríamos dar cabida a muchos más”. Alguna vez algún colegio ha participado pagándolo, una opción que no rechazamos, aunque no sea la normal hasta ahora.

P. Si algún colegio quiere participar pagando, ¿cuánto cuesta?

R. Puede salir a unos 150 euros por clase.

P. ¿Solicitan participar más los centros públicos?

R. No. La mitad de los que lo han solicitado son privados (sobre todo concertados) y la mitad, públicos.

P. Somos Científicos es más que el pregunta/repuesta entre alumnos y científicos. De cada edición sacáis mucha información sobre las inquietudes de los niños y adolescentes en relación con la ciencia. Por la cantidad de estudiantes que participan, es un buen test de la percepción de la Ciencia entre los jóvenes.

R. Vemos que después de participar, hay un movimiento positivo en favor de la Ciencia. Les hacemos una serie de preguntas antes y después de participar. Por ejemplo, si suelen hablar de Ciencia con otras personas, si creen que la gente que es como ellos trabaja en Ciencia o si les gustaría trabajar en algo en lo que se use la Ciencia. Después del concurso, pasan del 50% al 60% los que dicen hablar de Ciencia a menudo con otras personas; pasan del 34% a casi un 50% los que ven que gente como ellos trabaja en Ciencia; y pasan del 60% a un 70% los que dicen que les gustaría trabajar en algo relacionado con la Ciencia.

El impacto es especialmente positivo en las chicas; es donde hay mayor diferencia entre lo que pensaban antes y lo que piensan después. En España no se ha analizado bien el resultado aún, pero en Reino Unido se vio que las chicas tienden a hacer más preguntas de carácter personal relacionadas con las aspiraciones que tenían los científicos cuando estaban en Secundaria, si se les daban bien las Matemáticas, si tenían dudas a la hora de elegir… Y los chicos hacían más preguntas conceptuales sobre cosas científicas.

La hipótesis que se baraja es que el impacto positivo en las chicas tiene que ver con eso, con la posibilidad de reconocerse a sí mismas en cómo eran las científicas antes de elegir su carrera. Hay estudios de investigación que dicen que para fomentar el interés de las chicas por la ciencia, más que conocer un modelo de científica, hace falta conocer gran diversidad de modelos de mujeres que trabajan en Ciencia. Con Somos Científicos, tienen acceso a seis modelos de personas, y parece ser que eso favorece a que las chicas se identifiquen con alguien.

También al ver que algunos científicos tocan música, o que otro actúa en un teatro, es decir, que tiene otras inquietudes como cualquier persona, eso les hace ver que no tienes que abandonar todo por la Ciencia.

Ángela Monasor, segunda por la derecha, junto a varios científicos y profesores que participaron en la última edición del concurso.

P. En la última edición de Somos Científicos, un chico dijo que había aprendido que «los científicos son humanos y no masas de conocimiento con apariencia de humanos». Ahí se rompe otro de los estereotipos que lastran a la Ciencia: que los científicos son cerebritos abducidos por su vocación.

R. El primer impacto de Somos Científicos es la ruptura de estereotipos. Y también es llamativo el cambio de actitud que tienen muchos de los que se mostraban apáticos e indiferentes ante la actividad. Eso tiene un gran valor. No me importa si se van a dedicar a la ciencia o no, pero sí ver que son conscientes de la importancia de la Ciencia y de los científicos.

P. ¿Preguntan los estudiantes por la situación de la Ciencia en España, por las salidas?

R. Sí, y ahí los científicos son bastante honestos. Podrían ocultar la realidad para no desanimar a los jóvenes, pero piensan que si algo realmente te gusta, te vas a dedicar a ello. Son realistas, pero eso no hace que disminuya el interés de los alumnos; incluso al contrario, les interesa más.

P. ¿Les preocupan cuestiones éticas de la Ciencia?

R. Sí, mucho. Por ejemplo, tuvimos a un científico experto en canabinoides y les inquietaba bastante que usaran «eso» en diversas aplicaciones. También preguntan mucho por la experimentación con animales. También suele salir el tema del vegetarianismo y el veganismo porque cada vez hay más jóvenes que lo son. Y los temas ambientales preocupan muchísimo.

P. ¿Y se preocupan por cuestiones éticas en Tecnología?

R. Es curioso, pero en lo tecnológico no hay tanto cuestionamiento ético, no manifiestan tantas preocupaciones. Por ejemplo, tuvimos un ingeniero que trabajaba en Defensa y les habló de los aviones no tripulados y a nadie se le ocurrió preguntar para qué servía un avión no tripulado. Quizá es porque nunca han oído hablar de ese tema y, entonces, no se les ocurre.

P. Lo que sí parece claro es que Somos Científicos fomenta la curiosidad por la Ciencia…

R. Hay muchos chavales que al principio dicen «no sé qué preguntar», y cuando ven la pregunta de otro compañero, se les ocurre una y luego otra y otra. Hay muchas teorías sobre cómo suscitar y orientar la vocación científica que apuntan que, para ello, es fundamental fomentar la curiosidad; pero la cuestión es cómo la fomentas. Yo veo que Somos Científicos despierta la curiosidad, hace que te plantees más y más preguntas.

P. Qué retos tenéis por delante.

R. Vamos a presentar el proyecto en un congreso europeo. El hecho que ya se haga en Reino Unido, Irlanda y España nos abre la puerta a pedir un proyecto europeo, a buscar colaboradores en otros países… En España podríamos abrir zonas en inglés, con científicos de otros países…

> Lee el reportaje Somos Científicos: la divulgación científica de tú a tú para estimular vocaciones STEM

 

 

 

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