Uno escucha a Carmen Pellicer y cree que es posible cambiar la manera de trabajar en un colegio cuando su dinámica se ha refugiado en la inercia de «repetir y repetir». Sus colegios lo demuestran y ella lo cuenta, no como los gurús que miran la educación desde la barrera, sino como una maestra veterana.
Carmen transmite todo el conocimiento de la pedagogía a través de las realidades mínimas y cotidianas del día a día en un aula y en un colegio. Y, además, contagia su emoción y su pasión por los niños, por los profesores, «que son son minas de oro que hay excarvar», y por la capacidad transformadora de la docencia. Le brillan los ojos cuando habla de todo eso uy
Cuando la directora de la Fundación Trilema habla del cambio en educación, sabe, porque trabaja en ello, que es duro y difícil. De eso trató su conferencia en el 46º Congreso de CECE. Aquí dejamos algunas de sus numerosas aportaciones:
- «Decir que la rutina garantiza la eficacia es una falacia que impide hacer un proceso de cambio ambicioso».
- «El cambio genera tensión y la tensión genera conflicto», remarcó. Que nadie aspire a un proceso de cambio pacífico. Si el cambio es profundo, advirtió, «necesitas generar conflicto».
- «El cambio se hace con tus naves, no con las que te gustaría tener. Si no aceptas y quieres lo que tienes, no confías en sus posibilidades».
- Trabajo colaborativo en red, entre el equipo docente, y entre el propio colegio con otros centros. «Sólos somos un equipo de 3ªB, pero juntos somos mejores si tenemos un proyecto claro e ilusionante».
- «No hay que pensar cómo se enseña, sino cómo aprenden los alumnos».
- «Nosotros [los docentes]somos parte del problema. Reconocerlo nos hace ser parte de la solución».
- «Hay que cambiar el discurso y la cultura del colegio». Dejar de llenar las reuniones de problemas, quejas y lamentos. «De casa se llega llorado». «Hay que cambiar los protocolos de las sesiones de evaluación» y no destacar lo que hace mal este niño y este otro, sino pensar soluciones para mejorar. «Haz que tus profesores presuman de sus niños».
- «Cambiamos todos a la vez». Nada de empezar por Infantil y de ir cambiando por cursos.
- «Hay que arriesgar y decidir». «Mejor pedir perdón que pedir permiso».
- «Hay que instaurar patrones de cultura cooperativa en nuestros claustros» y «cultivar el liderazgo compartido evitando el personalismo».
- «¿Y por dónde empezamos? Por los profesores. Son minas de oro que hay que excarvar». «Una vez tuvieron vocación, pero están cansados». Para que vuelva a salir esa mina de oro, «hay que definir muy bien los profesores que espero».