Puede que hayas empezado a trastear con vídeo, a grabarte explicaciones delante de una pizarra, o en plano cenital para sacar tus manos manipulando objetos o escribiendo. A tus alumnos les gusta e incluso te piden más, pero aún no te atreves a invertir tu clase.
Los miedos te retienen: miedo a que la dirección y/o los padres pongan sus pegas; miedo a no ser capaz de aprovechar luego el tiempo en clase; miedo a abarcar todo el temario; miedo a no ser capaz de medir el impacto; miedo a todo el esfuerzo que supone.
“Un reto se convierte en un obstáculo cuando te rindes ante él”, recuerda Domingo Chica Pardo, uno de los docentes veteranos del Flipped Learning en España.
Como él, otros superaron sus miedos y aceptaron el órdago del esfuerzo que hay que hacer hasta conseguir el trasvase completo de tu asignatura al modelo Flipped, con los vídeos y las prácticas. Por suerte comparten su conocimiento, su experiencia y sus materiales de creación propia en redes, en cursos y en congresos.
Algunos de ellos cuentan aquí su trayectoria con el Flipped Classroom. Actualidad Docente ha hablado con Raúl Santiago, el impulsor del modelo Flipped en España desde hace cinco años; también con otros docentes ya veteranos como Domingo Chica (profesor de Lengua y de Inglés en ESO), con Antonio Guirao (de FOL en FP) y con Juan Pablo Sánchez del Moral (de Matemáticas en ESO).
Les hemos preguntado concretamente por los errores que cometieron y por los miedos que tuvieron; también por los pasos que recomiendan dar para ir afianzando este modelo de aprendizaje sin problemas colaterales. Con sus consejos y orientaciones hemos tratado de elaborar una información que sea útil para quien sienta la llamada de la enseñanza y el aprendizaje invertidos.
Lo hemos resumido en 15 recomendaciones:
- Tener claro qué es Flipped Learning y Flipped Classroom.
La razón de ser del Flipped Learning es aprovechar el tiempo lectivo en clase para un aprendizaje activo y en grupo, resume Raúl Santiago, el ‘padre’ del Flipped Learning en España.
Para conseguir eso, se trasladan las lecciones y explicaciones del profesor, mediante el vídeo, al espacio individual del alumno. No se dan las interrupciones, distracciones y disrupciones que suelen producirse durante la explicación en clase. “Lo que trasladas a la clase en media hora con mucho esfuerzo, y sin tener constancia de si se enteran o no, el alumno puede recibirlo en un vídeo de 5 minutos y verlo cuantas veces quiera sin que nadie le moleste”, resume Raúl Santiago.
Además, las herramientas con las que se elabora el vídeo permiten conocer el nivel de comprensión de cada aspecto expuesto por parte de cada alumno, de manera que al día siguiente, en clase, el docente va directamente a aclarar lo que ya sabe que no han captado y pasa después a trasladar lo aprendido a un trabajo práctico y cooperativo.
“En clase siempre tienes que aclarar algo, pero ellos ya tienen nociones y su predisposición a escucharte mejora porque saben de lo que les estás hablando”, cuenta Antonio Guirao, profesor de Formación y Orientación Laboral en FP del IES El Palmeral, de Orihuela. “Después, ya no paras de trabajar en toda la clase”, asegura este docente que ya es “profe de profes” y forma parte del Proyecto EDIA (Recursos Educativos Abiertos) del Ministerio por el valor didáctico de los materiales que ha creado.
Con el Flipped, el aprendizaje en el aula es vivencial. Según Raúl Santiago, para el alumno “cobra un valor ir a clase y estar en clase”; lo percibe como una experiencia en la que él toma parte activa, en vez de asumir un papel pasivo de escucha.
Raúl Santiago llama a distinguir el Flipped Learning de lo que no lo es. Mandar a los alumnos ver un vídeo en casa del tema que quieres abordar al día siguiente no es Flipped. “Eso es como lo de mandar unas fotocopias antiguamente”, ilustra Domingo Chica.
A continuación vemos los requisitos del llamado aprendizaje invertido:
- El vídeo no es sólo una explicación grabada, sino que está enriquecido con preguntas y ejercicios que incluso pueden requerir que el alumno busque información fuera del vídeo para responder. Todos coinciden en subrayar la frase: “Los vídeos no se ven; se trabajan”.
Esos ejercicios permiten al docente saber qué se ha entendido y qué no; en qué ha fallado más la mayoría. La analítica del vídeo que ofrecen las herramientas más usadas, como Edpuzzle, también ofrece información sobre el comportamiento del alumnado: por ejemplo, se puede saber cuántas veces se ha repetido la visualización de cada segmento, lo que puede indicar si hay una dificultad de comprensión o una explicación defectuosa que precise un refuerzo en clase.
“Antes del Flipped, yo no era consciente de si se habían enterado de algo o no hasta que hacían ejercicios o un examen. Ahora sé lo que saben y lo que no saben cuando llegan a clase y cuando estamos trabajando”, añade Guirao.
“La tecnología sirve para saber lo que los alumnos saben”, apunta Domingo Chica Pardo. “Cuanto más abstractas sean las preguntas que metes, mejor”, recomienda este profesor de Lengua de ESO del Colegio San José, de Vélez-Málaga. Su consejo es trabajar en el vídeo “tanto la teoría como la memoria”.
- “Debe haber una conexión entre lo que el alumno hace en la parte no presencial y la presencial; en el espacio individual y en el espacio colectivo”, explica Raúl Santiago. El profesor debe planificar las actividades de clase teniendo en cuenta la explicación que ha dado o el material que les ha proporcionado; y viceversa: debe plantear la explicación audiovisual teniendo en cuenta las estrategias de trabajo colectivo y las prácticas que quiere desarrollar en el aula.
- “Hacer Flipped te lleva a trabajar con metodologías activas en el aula inevitablemente”, señala Raúl Santiago: ABP, trabajo cooperativo, proyectos… “Es lo que sigue al Flipped”, secunda Domingo Chica.
La práctica en la clase con estos métodos, además de rentabilizar al máximo el tiempo en el aula, afianzan el conocimiento de cada alumno por parte del docente.
“Yo me siento más cerca de mis alumnos desde que empecé con el Flipped”, asegura Juan Pablo Sánchez del Moral, profesor de Matemáticas del Colegio Tajamar. “No me imaginaba que podía ocurrir, pero así es; las clases son más cercanas a cada uno de ellos, interactúas mucho más con ellos”.
- ¿Es Flipped Learning?, ¿o Flipped Classroom?
La práctica mayoritaria, sobre todo en Enseñanza Secundaria Superior y en la Universidad, es Flipped Classroom. Esto significa que la explicación es recibida por el alumno en un vídeo enriquecido con preguntas y ejercicios, o mediante un PDF también enriquecido. Ocurre fuera del horario lectivo y de la clase.
El término Flipped Learning se ha acuñado para englobar también a las prácticas de enseñanza invertida que se producen en clase y en horario lectivo: hay docentes, sobre todo de Primaria, que optan por el visionado individual de las explicaciones en clase (cada alumno en su dispositivo electrónico) antes de pasar a la actividad colectiva. Lo hacen así, por ejemplo, para evitar que los niños aumenten su tiempo de exposición a pantallas; o porque no todos tengan dispositivos con buena conexión a internet en casa.
El Flipped Learning distingue entre espacio individual de aprendizaje y espacio grupal. Todo el FC es FL, pero no todo el FL es FC porque el espacio individual de aprendizaje puede estar dentro del aula.
- Busca y lee información.
Los expertos consultados recomiendan leer los libros de Raúl Santiago y navegar por el blog theflippedclasroom.es, elaborado por Santiago y otra veintena de profesores veteranos en Flip. También, consultar las webs y los perfiles de Twitter/Facebook de quienes hacen ese blog, que son los docentes más veteranos y también los más activos compartiendo su conocimiento y sus vídeos. Domingo Chica Pardo recomienda seguir los hastag de Twitter #claustrovirtual y #flippedlearning, que conducen a muchos docentes expertos y, por ende, a sus blogs y a sus recursos. También integran una comunidad en Google +.
Los libros de Raúl Santiago son The Flipped Classroom. Cómo convertir la escuela en un espacio de aprendizaje (junto a Alicia Díez y Javier Tourón) y Flipped Classroom: 33 experiencias que ponen patas arriba el aprendizaje (junto a Alicia Díez y Luis Alberto Andía). Un tercero sale en septiembre con el título de Aprender al revés. Flipped Learning 3.0: metodologías activas en el aula (escrito junto a Jon Bergmann, el padre del FL).
El blog de Domingo Chica, todo un referente, es www.domingochica.com. También es muy conocido entre los docentes flipperos el blog de Manuel Jesús Fernández, profesor de Ciencias Sociales en ESO y Bachillerato: www.manueljesus.es. El de Antonio Guirao es www.folcontic.wixsite.com. Hay bastantes más.
- Fórmate.
Busca cursos, talleres, congresos. Te puedes enterar de su existencia en Twitter y Facebook. Antonio Guirao recomienda: “Que se formen un poco antes de empezar. Si no, volverán atrás”. “Se puede empezar teniendo ligeras nociones, pero mejor si hacen formación”.
También aconseja “que los cursos que se hagas, o los profesores con los que hables sean de tu materia”. “Se puede dar y recibir formación interdisciplinar, pero si te la puede dar un profesor de tu asignatura, mucho mejor”, sostiene Guirao, que siempre prefiere impartir formación de su especialidad antes que talleres genéricos sobre FL.
4. Ve vídeos de tu asignatura hechos por otros profesores en YouTube. Su visionado te servirá para saber cómo hacerlo, o cómo no hacerlo si no te ha gustado.
5. Adquiere destreza en la grabación de vídeos y en su enriquecimiento con la herramienta Edpuzzle, que es la que más se emplea para introducir preguntas y ejercicios a lo largo de tu explicación. «El nivel de competencia digital tiene que ser alto», advierte tanto Raúl Santiago como los demás consultados. Hay que saber usar diversas herramientas y aprovechar su analítica, y estar siempre dispuesto a emplear otras. “El éxito o el fracaso pueden depender de la competencia digital del docente”, advierte Domingo Chica.
El propio Santiago trabaja en la certificación del nivel de competencia digital docente desde la Universidad de La Rioja, y también, más adelante, en la certificación como docente formador de Flipped Learning.
6. Haz tus propios vídeos. Puedes empezar usando algunos vídeos de otros docentes que encajen con tu visión de la asignatura y con las actividades que quieres trabajar en el aula. Pero todos los expertos consultados recomiendan que seas tú el que haga los vídeos de tu asignatura. En primer lugar, porque de lo que se trata es de vincular la explicación del vídeo con la actividad del aula: la creación propia se hace pensando en el trabajo posterior y viceversa. En segundo lugar, los alumnos son más receptivos y empáticos con tus explicaciones que con las de un profesor que les es ajeno y que les descontextualiza del proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre todo si son pequeños o están empezando con el FL.
7. Sal tú en el vídeo: el contacto visual con el docente influye positivamente. Hay varios formatos: hablando ante la cámara, junto a la pizarra; con la cámara grabando en plano cenital sobre una mesa donde tus manos van exponiendo conceptos, gráficos, operaciones, ilustraciones, etc mientras hablas; los que puedes hacer con el Ipad, subrayando o escribiendo sobre las láminas que previamente has diseñado.
Juan Pablo Sánchez del Moral recomienda la explicación a cámara porque cree que el contacto visual con el profesor favorece una mayor atención y comprensión. “Yo pensé que les iban a gustar más los vídeos que hago con el Ipad, pero, sin duda, prefieren aquéllos en los que salgo yo”. De paso, reconoce sin darle importancia, “se ríen un poco de su profe congelando la imagen en gestos raros, qué le vamos a hacer”.
8. Vídeos cortos. Si haces vídeos para ESO, máximo 5 minutos. Para Primaria, sobre los 2 o 3 minutos, dependiendo de la edad. Para Bachillerato, pueden llegar a los ocho minutos. En la Universidad, Raúl Santiago manda a sus alumnos de Educación vídeos de unos 12 minutos como máximo.
9. Centraliza los contenidos en una plataforma: un canal de YouTube o de Vimeo dentro de una web o blogs propios, o de una sección específica en la web del centro educativo, por ejemplo.
10. Haz los vídeos pensando en las actividades o prácticas que piensas hacer en el aula a partir de ellos. Como define Raúl Santiago, “en el Flipped Learning hay una conexión necesaria” entre el aprendizaje individual (el alumno interactuando con el vídeo del profesor) y el aprendizaje grupal (el trabajo conjuntoen clase). “Primero debemos pensar qué queremos que vean; segundo, qué queremos que trabajen”, aconseja Domingo Chica.
11. Empieza por poco. Planea flippear un tema en principio, analiza los resultados de la experiencia y al cabo de un tiempo flippea otro. “A nadie se le ocurre empezar con un curso entero”, dice Chica Pardo. “Empieza pequeño. Nadie nace grande”, recomienda Sánchez del Moral, que logró hacerse 100 vídeos de Matemáticas de 1º y 2º de ESO –el 70% del temario– en dos años. El verano es el periodo más propicio para empezar a elaborar tu material audiovisual, coinciden todos.
12. Ten la mente abierta: puede haber aspectos de una asignatura que tengas que explicar en clase. “No todos los contenidos son flippeables”, advierte Chica Pardo. “Hay cosas que tienes que explicar en clase, pero las explicas ya sabiendo que justo ahí hay un vacío”.
13. Véndelo bien a los alumnos. “Tienes que pensar bien cómo se lo vas a ofrece a los alumnos”, dice Domingo Chica. “Está bien ver los primeros vídeos en clase todos juntos”, sugiere este profesor de Lengua. Les tiene que quedar muy claro para qué deben verlos en casa y cómo deben trabajarlos: si quieres que tomen apuntes, si deben contestar las preguntas que figuran en el propio vídeo, el tiempo máximo razonable de visionado. También debes dejarles claro que después se hará un repaso de las dudas y podrá volver a explicarse lo que no se haya entendido.
14. Véndelo bien a los padres y a la dirección. “Tienes que decirles que todos vais a ganar, que el aprendizaje de los chicos va a ser mucho más significativo”, subraya Domingo Chica.
Juan Pablo Sánchez del Moral decidió hacer una explicación en vídeo para los padres, al estilo de las que hace para los alumnos dentro de su materia.
Transmite a los padres que es un tiempo de pantalla útil para su aprendizaje y para su crecimiento personal.
15. Coordinación y organización. Debes saber si otro profesor de tus alumnos también flippea. Es importante coordinarse con los demás para no sobrecargar al alumno con los vídeos. Raúl Santiago recomienda un tiempo no superior a la media hora a la semana en total.
¿Aprenden más? ¿Sacan mejores notas?
Cómo con cualquier metodología innovadora, las dudas sobre si mejora el rendimiento del alumnado se ciernen sobre el Flipped Learning.
Todos los expertos coinciden en que mejora la experiencia de aprendizaje y la motivación por ir a clase, incluso por la figura del profesor.
“Que aprenden más, no hay duda. Pero luego están las notas”, reconoce Domingo Chica Pardo.
Según dice Raúl Santiago en la entrevista con Actualidad Docente, no hay estudios que hayan medido si los alumnos que hacen Flipped Learning sacan mejores notas en PISA o en la EBAU, aunque, en su opinión, la clave reside en si sacar buenas notas significa refleja en buen aprendizaje. En cualquier caso, hay profesores que aseguran haber notado una mejora de rendimiento global.
Por ejemplo, Juan Pablo Sánchez del Moral, de Tajamar, asegura que tiene menos suspensos en Matemáticas.
Recientemente, el profesor de Biología Pablo Cuesta (@fatherandteacher) reivindicaba en Twitter que la nota media de sus alumnos en Biología en la EBAU era superior a la nota media de su comunidad autónoma, Asturias. “Mis clases son 100% Flipped desde hace cuatro cursos y este año sin libro de texto. ¿Todavía os quedan dudas?”, decía.
Para Sánchez del Moral, hay una frase que resume el éxito del Flipped Learning y que para él fue un espaldarazo. Un alumno al que hasta entonces no gustaban las Matemáticas, justificó su cambio de opinión con estas palabras: “Como ahora soy yo el que aprendo…”
Para el docente, también se da un gran cambio: “Todos sabemos que cada alumno aprende a su ritmo, pero haciendo Flipped eres más consciente de eso y tú estás más pendiente de cómo aprende cada uno”.
Antonio Guirao cuenta su experiencia con “un grupo conflictivo, con siete expedientes disciplinarios y dos robos de móvil”. Creó “un juego de ascensos y premios” conforme al trabajo que hacían en casa con los vídeos de la asignatura. Me fue muy bien con ellos. “Se convirtieron en directores de su aprendizaje”, señala. “Al terminar el ciclo fue el grupo que mejor conocía el Convenio Colectivo.
De acuerdo a la experiencia de Domingo Chica, el FL “mejora la disciplina”. “Yo los veo más centrados”, destaca.