• Docentes y expertos reflexionan en la jornada educativa organizada por CECE Madrid tras los últimos y convulsos cursos escolares
• La patronal educativa concedió sus reconocimientos de este año a los colegios Alborada, Valmont, Edith Stein y Santa Elena; también a Cáritas y a la periodista Nieves Herrero.

La educación no ha tenido respiro desde marzo de 2020. Primero, la peor pandemia que recordábamos, el confinamiento estricto y meses de ardua enseñanza telemática. Luego, el prudente regreso a las aulas, con protocolos sanitarios, mascarillas y mucha inquietud. Por si fuera poco, en Madrid  hubo una nevada histórica en 2021 que impidió el acceso a los colegios. Y en los últimos meses una guerra en plena Europa ha traído a las aulas a miles de menores refugiados. A pesar de todo, este curso 21-22 ha podido finalizar con la normalidad de antaño. Había que celebrarlo.

CECE Madrid lo hizo el pasado 8 de junio con una jornada de educación de título elocuente: “Respira hondo. Suma y sigue”. El encuentro de docentes y directivos de centros escolares concertados que acogió el salón de actos de la Universidad Villanueva tuvo mucho de celebración, pero también de evaluación tras dos años vertiginosos que han dejado huella, sobre todo en la salud mental del alumnado. Se trata de uno de los mayores “desafíos de la educación en tiempo de valientes”, como se presentó el diálogo entre la profesora de Secundaria y Bachillerato Patricia de Julián y el psicólogo y profesor universitario Daniel Rama, moderado por la periodista Lorena Gaitán de Ayala.

Gaitán de Ayala abrió la tertulia con un dato preocupante. “El 25% de los jóvenes ha consumido psicofármacos en el último año, ¿estamos tan mal?», preguntó la moderadora. “Es una situación que venía de antes de la pandemia, pero los adolescentes cada vez piden más ayuda, y la voz de alarma no se la dan a los padres, lo hacen con los profesores”, apuntó Daniel Rama. “Es la radiografía de la situación, está pasando en todos los colegios, por eso es importante que los profesores conozcamos los protocolos y, sobre todo, haberse ganado la confianza para que te cuenten cosas tan graves”, apuntó la docente Patricia de Julián.

El psicólogo y vicepresidente de la APSNAE advirtió que “las señales de cada trastorno son diferentes” en cada alumno, y aconsejó a los docentes que asistían a la charla “escucharles en su lenguaje” para detectar los problemas de salud mental latentes en el aula. Como antídoto, Rama puso en valor los programas de inteligencia emocional o el trabajo conjunto que los centros realizan con las familias. Del mismo modo, la profesora De Julián quiso mostrarse optimista. “Los retos son una oportunidad”, dijo para enfatizar la figura del docente como “referente absoluto” que en ocasiones representa para los alumnos.

“Para ayudarles, un profesor tiene que preocuparse de ellos más allá de las notas, transmitirles confianza, hacerles saber que si les pasa algo nos lo pueden contar”, concluyó De Julián. Por su parte, Daniel Rama subrayó la relevancia de identificar la “capacitación y fortalezas” de los jóvenes para que las potencien. “Los profesores no sois los padres, pero sois agentes resilientes”, afirmó dirigiéndose a los asistentes.

Premios a los valores educativos

La jornada organizada por CECE-Madrid continuó con una conferencia de Luis Huete, profesor del IESE y experto en liderazgo, titulada «Liderar para el bien común». “Si quieres ser un gigante, tienes que trabajar a la persona, y no al personaje”, proclamó, emplazando a los docentes a “dejar huella a pesar de la ausencia” entre el alumnado con “hábitos intelectuales y de conducta”. “El respeto es mágico para aprender y ayuda a tomar mejores decisiones”, apostilló Huete.

El evento tenía reservado como broche la entrega de sus reconocimientos anuales, en esta ocasión a cuatro colegios que destacan por su “labor en valores de educación”, aunque el secretario general de CECE-Madrid, Juan Chávarri, quiso extender el aplauso a todos los centros que forman parte de la organización patronal: “Después de estos años duros, muy duros de pandemia, el primer reconocimiento es para todos los que estáis aquí”.

El Colegio Alborada de Alcalá de Henares recibió una distinción por la formación de valores a través de la música, mientras el Colegio Santa Elena de Villarejo de Salvanés fue reconocido por su “apuesta por la interculturalidad y la internacionalización de la educación”. Además, el Colegio Edith Stein, del madrileño barrio de Orcasitas, tuvo su premio por la integración de “alumnos con necesidades educativas especiales y la atención de alumnos inmigrantes”, y el Colegio Vallmont de Villanueva del Pardillo fue galardonado por su trabajo en la formación de valores a través del deporte.

El presidente de CECE, Alfonso Aguiló; el presidente de CECE-Madrid, Vidal Sánchez, y la presidenta de COFAPA, Begoña Ladrón de Guevara, en la jornada de CECE-Madrid.

Además, CECE Madrid entregó sendas distinciones a Cáritas Madrid, por “impulsar los valores sociales en el ámbito escolar” y por su trabajo de ayuda a las personas vulnerables en “los peores momentos de la pandemia”. También a la periodista Nieves Herrero, que correspondió con palabras de gratitud a los docentes: “Estáis en la profesión más maravillosa del mundo”.

La jornada se cerró con la intervención del director general de Enseñanza Concertada, Becas y Ayudas de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, Manuel Bautista, que agradeció a los centros su actitud durante los últimos y convulsos cursos escolares: “Conseguisteis que los centros fueran seguros durante la pandemia, que no hubiera una generación covid perdida, sino una generación digital ganada. Fuisteis capaces de sobrevivir educativamente y de buscar una solución a cada problema”.