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Aprendiendo a hablar en público con Impacta: «Los colegios se dan cuenta de la calidad que aporta a la educación»

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Identificamos mejor la habilidad de hablar en público cuando no se tiene, como carencia a corregir, que cuando se tiene. Es cuando la necesitamos y no la encontramos, probablemente ya en la vida adulta, cuando somos conscientes de su importancia. Y lo peor es que tendemos a considerarla un don de unos pocos cuando, en realidad, es algo que se aprende y que está al alcance de cualquiera. Si no lo tenemos, es que no nos lo enseñaron. Y eso es lo que supo ver Impacta: la carencia en el sistema. Por eso desarrollaron un método para que, primero, los docentes y, a través de ellos, los alumnos aprendieran esa habilidad tan útil para su vida académica y profesional. Aunque lo que más suena de Impacta es el torneo entre colegios, la competición es sólo la punta del iceberg de una formación que cala, y que se nota. Carmen del Castillo, la directora de Impacta, nos habla de todo ello y de la satisfacción de colegios, profesores y estudiantes. [Puedes ver aquí los vídeos y las fotos de la final de este año]

Pregunta.− ¿Cómo nace Impacta?
Respuesta.− Todo viene de una idea de mi padre en 2016. Llevaba años dedicándose a dar formación en oratoria y técnicas de hablar en público a profesionales de diferentes sectores, y se daba cuenta de que si eso mismo lo adaptábamos a un nivel inferior, a niños y jóvenes, podíamos solventar unas carencias que de adultos son importantes y mucho más difícil de abordar. Él veía cómo a sus formaciones acudían adultos a los que cuesta mucho superar el miedo a hablar en público, a estructurar un discurso… «Si empezamos con eso a una edad temprana, vamos a ayudar muchísimo a las personas», me decía. Porque no sólo necesitan hablar en público los políticos, los directivos o los periodistas. Cualquiera va a tener que hacer una presentación o defender un proyecto a lo largo de su vida, y puede que la habilidad para hacerlo sea determinante para su futuro. Así que nos pusimos en contacto con diferentes colegios y expertos en educación para adaptar esta idea a un plan formativo que pudiera encajar en los colegios.

Carmen del Castillo (a la izquierda) presentando la gala de la final del Torneo Impacta de este curso.

Carmen del Castillo (a la izquierda) presentando la gala de la final del Torneo Impacta de este curso junto a Almudena López.

P.− En España no había preocupación por eso. Si acaso, había ligas de debate, vinculadas a colegios privados y a las universidades.
R.− Sí. Ahora empieza a haber más conciencia de esa necesidad. Pero la habilidad de saber hablar en público no es sólo para debatir. En los debates defiendes una postura que, incluso puede no ser la tuya propia. Desde el principio teníamos claro que no se trataba de aprender a debatir, sino a hablar. Es una competencia básica que las personas van a tener que aplicar en diferentes situaciones en su vida.

P.− ¿Cómo es la formación del sistema Impacta?
R.− Nuestro lema es “aprender para enseñar”. Enseñamos al profesor para llegar a los alumnos. Nuestra metodología, que llamamos DRSP, se basa, en primer lugar, en el descubrimiento de las propias cualidades de comunicación, en buscar qué es lo que hacemos bien y qué es lo que podemos hacer mejor. Después de encontrarlo, se trata de que, desde nuestra personalidad y con naturalidad, recordemos cómo son esas sensaciones positivas que tenemos cuando sabemos que la comunicación está llegando a nuestros oyentes de la manera que esperamos. Y una vez que tenemos esto, el aprendizaje en comunicación consiste en repetir y repetir aquello que funciona, sabiendo que siempre podemos seguir mejorando y que la formación no acaba nunca.

P.−¿Cuánto dura la formación al profesorado?
R.− La formación completa son 24 horas, que hemos dividido en tres cursos consecutivos, de manera que en cada curso el profesorado recibe ocho horas de formación. La damos en los meses de septiembre y octubre, y en grupos reducidos de entre 8 y 10 profesores porque hacen mucho trabajo práctico. A lo largo de los tres cursos vamos profundizando en tres áreas: la voz y la expresión, el diseño de la presentación y las claves de la narración, empleando técnicas de storytelling.

P.− ¿Y cómo viven un curso de comunicación oral unos profesionales cuya base de trabajo es, precisamente, la comunicación oral?
R.− Pues suelen decir: «Ojalá me hubieran enseñado esto de pequeño, pero qué suerte que lo estoy aprendiendo ahora». Se dan cuenta de que han estudiado una carrera y se han formado en diferentes metodologías de enseñanza, pero nadie les ha dicho cómo estar y hablar ante los alumnos. Dicen: “Nunca nadie me había dicho cómo hacerlo mejor”. Si queremos que los alumnos aprendan a hablar bien y comunicarse, debemos ser exigentes con que los docentes también lo hagan porque los alumnos aprenden viendo a sus profesores. Siempre son ejemplo para ellos en la manera de expresarse, en la actitud a la hora de comunicar…

P.− ¿Y ese cambio docente llega a los alumnos ?
R.− Claro que les llega. Es impresionante. Los colegios se dan cuenta y ven la calidad que aporta eso a la educación de sus alumnos.

P.− Así que son los propios docentes los que forman a los alumnos con lo que han aprendido.
R.− Sí, pero con nuestra guía. Esto no es un curso del que sales muy inspirado y convencido y luego no sabes cómo aplicarlo. Damos a los docentes las claves técnicas de la formación y ejercicios prácticos para que puedan aplicar en el aula las diferentes cosas que hemos visto en el curso. Y se los enviamos cada 15 días para que vayan implementando esas claves en el aula poco a poco, de manera muy escalonada. Están adaptadas a las diferentes edades del alumnado. Los alumnos de Primaria no trabajan las mismas cosas ni de la misma manera que los de Secundaria. Y también está todo pensado para que el profesorado pueda integrarlo fácilmente con su programación, de manera que no la altere, que no tenga que dejar de dar una cosa para centrarse en esto otro. Luego, hay profesores que nos piden profundizar más en alguna de las claves y nosotros les ayudamos a ello.

P.− De esa manera os aseguráis que esa formación llega a todo el alumnado.
R.− Eso es crucial para nosotros. Si fuera una extraescolar, se apuntarían los que pueden pagarla o los que tienen una predisposición para ello. Pero precisamente los que más lo necesitan se lo perderían. A nosotros nos interesa llegar al tímido, al inseguro, al que no destaca, al que tiene problemas de dicción… Y también nos interesa llegar a todo el profesorado, no sólo al de Lengua.

P.− ¿Puede poner algunos ejemplos de cómo se trabaja en el aula?
R.− Hacen ejercicios para calmar los nervios, para controlar la respiración, para saber utilizar la voz y los diferentes tonos, de manera que no resulten monótonos; para entender los registros de la voz… Cómo moverse en el espacio, cuál es la postura correcta, cómo mover las manos… También como utilizar elementos de apoyo en la comunicación, cómo hacer una presentación con PowerPoint para no llenarla de contenido y de letra pequeña, para que el protagonista siga siendo la persona que expone…

P.− Son muchas cosas… ¿Cómo interiorizan todo eso?
R.− Primero, porque el profesorado sabe hacerlo. Su labor con los alumnos es increíble. También planteamos ejercicios muy lúdicos. Pero, luego está el torneo, que es lo que mejor contribuye a interiorizar las enseñanzas y lo que más motiva a los alumnos. Por eso Impacta son ambas cosas a la vez: formación y torneo. El torneo es el telón de fondo de la formación, es la excusa para motivar la necesidad de formación.

P.− ¿Cómo se preparan los discursos?
R.− Tienen gran capacidad para memorizar, sobre todo los más pequeños, pero precisamente tenemos una lucha titánica contra la memorización. Es verdad que el discurso hay que preparárselo, pero intentamos que sea lo más natural posible. A los profesores les decimos que dejen mucha libertad a los niños porque son capaces de hacer discursos bien estructurados con naturalidad. Para favorecer eso damos propuestas muy abiertas; planteamos los temas con citas de personas célebres para que cada uno las enfoque hacia donde más les inspire.

P.− ¿Qué es lo más revelador para los alumnos de esta formación, lo que más aprecian?
R.− Lo que se palpa más claramente es el control de nervios y la puesta en escena. Siempre dicen que el control de la respiración que han practicado en clase les ayuda un montón.

P.- Y para vosotros ¿qué es lo más impactante?
R.- La capacidad que tienen de aprendizaje, de poner en práctica lo aprendido, la agilidad y naturalidad para emplear diferentes recursos… Tienen mucha más facilidad que nosotros, los adultos. Y no estamos hablando de perfección, sino de esfuerzo, de aprendizaje… Nos ayuda a reafirmarnos en lo importante que es recibir esta formación desde pequeños.

P.− ¿Cómo se decide quién representa finalmente a cada colegio en el torneo? ¿Se vota?, ¿se evalúa?
R.− Tenemos unas rúbricas de evaluación para puntuar la presentación de cada alumno en diferentes ítems. Por ejemplo, en la forma se puntúa el uso del lenguaje no verbal, la empatía con el público, el uso de material de apoyo… En el fondo se puntúa cómo es la estructura de la presentación, cómo es el principio, cómo es la conclusión… Y luego se puntúa la naturalidad. Ahí es donde se vigila que no se note la memorización y que tampoco haya teatralización. Ellos conocen todos los ítems que se puntúan. Luego, hay colegios que organizan un torneo interno  con jurado y todo para votar a quién los va a representar en la competición; pero también hay centros donde los profesores utilizan las presentaciones para que los alumnos expongan temas de alguna asignatura. De uno u otro modo, los que sacan mejor puntuación son los que acuden a la semifinal y compiten con el resto de colegios. Este año se celebró en el CRIF Las Acacias, que nos cedió la Comunidad de Madrid. Y ahí la puntuación sigue el mismo sistema de rúbricas, que conocen todos los alumnos. Y, además, hacen su exposición dos veces; una por la mañana ante un jurado, y otra por la tarde ante otro jurado. Así, luego se suma la puntuación de los dos jurados y los tres que más puntos sacan son los que pasan a la final. Como hay cuatro categorías de edades, al final van a la final 12 participantes.

P.− Pero los participantes no son individuales. Son parejas. ¿Por qué?
R.− Porque el trabajo es más rico si es en equipo. Además, pedimos a los profesores que busquen parejas que se complementen. Por ejemplo, intentamos que en la pareja haya un niño o una niña más tímidos para que uno tire del otro. 

P.− ¿Cómo ha sido el torneo Impacta de este año, después de las restricciones de estos dos últimos años?
R.− Este año hemos vuelto a tener una alta participación después del freno que supuso la pandemia y eso nos ha reafirmado mucho en la utilidad de lo que estamos haciendo; también ver que cada vez tenemos más apoyo de instituciones y empresas, y que ya se interesan colegios de fuera de Madrid. Nosotros empezamos en la Comunidad de Madrid y este año hemos tenido ya colegios de otras comunidades. Creo que hemos dado un salto de calidad y de peso.

P.− ¿Y cómo hacéis la formación de docentes de fuera de Madrid? ¿online?
R.− Sean de donde sean, la formación es presencial porque hay mucho trabajo práctico, ante los demás. Si el colegio inscribe a un número de docentes superior a 8, nos trasladamos al centro a impartir la formación. Si son menos, los docentes vienen a la formación abierta que impartimos en Madrid. Es muy interesante lo que sale cuando pones a varios profesores de diferentes colegios a trabajar juntos.

P.− ¿Cómo quitarle la connotación de educación elitista a una formación que, en el fondo, es tan necesaria en la educación básica?
R.−
Es verdad que trabajamos con colegios privados y concertados porque tienen más facilidad para ampliar su presupuesto e innovar en sus programaciones, pero nos interesan todos los alumnos. Queremos llegar a centros con alumnado más vulnerable porque está formación les puede ser muy útil el día de mañana. Ahí tenemos un reto con las consejerías de Educación. Pero también las empresas, con su apoyo, pueden ayudarnos a llegar a más gente. Ahora tenemos el apoyo de algunas como El Corte Inglés y Danone, pero querríamos tener más.

P.− ¿Hay posibilidad de impartir formación en los centros de formación del profesorado?
R.− En Madrid ya impartimos una formación el año de la pandemia y llegamos a 100 profesores de la escuela pública. Luego con la pandemia hubo otras prioridades y ahora estamos retomando conversaciones con la Consejería para impartir formación en los CTIF. 

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